“Queremos decirles a los cristianos que ésta sigue siendo su ciudad, que son bienvenidos”, explica Ziad desde Mosul (Irak). Coordina el grupo de voluntarios que ha trabajado para devolver a la vida la iglesia más antigua de la ciudad. La habían destrozado los terroristas de Daesh cuando dominaron la ciudad, al igual que destruyeron la mezquita más emblemática.