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Las llegadas por mar a Europa han bajado un 95% desde su pico en octubre de 2015

Personas en un bote tratando de cruzar el Mediterráneo hacia Europa. © CEAR/ Gabriel Tizón

En este mes de junio ha habido hasta ahora un 5,33% de llegadas por mar a Europa en comparación con el momento en el que se produjo el mayor número de llegadas en plena crisis humanitaria: 11.815 frente a las 221.454 de octubre de 2015. 

Además, en lo que llevamos de año, Europa ha recibido un 26% de llegadas por mar de todas las que recibió en 2017. La tendencia de llegadas es claramente a la baja desde mediados del año pasado, como muestran los datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), organismo que recuenta los tránsitos de posibles solicitantes de asilo en el mundo.

En 2015 llegaron un total de 1.015.078 personas por el Mediterráneo (murieron al menos 3.771); en 2016 llegaron 352.735 personas (murieron al menos 5.096); 2017 llegaron 172.301 personas (murieron al menos 3.139).

Un trato por año para regular las llegadas

Desde 2015 y hasta el Consejo Europeo celebrado ahora, se habían producido tres acuerdos clave para la política migratoria y de asilo de la Unión Europea y sus Estados miembro:

  1. Reubicación y reasentamiento de 120.000 refugiados en los distintos países miembros de la Unión Europea, las famosas «cuotas», aún por cumplir (septiembre de 2015).
  2. Trato de la UE con Turquía (febrero de 2016) por el que recibiría 6.000 millones de euros para gestionar los más de 2 millones de refugiados que acogía entonces (hoy son 3,2 millones) y los que devolvería la Unión Europea si llegaban más, principalmente por el mar Egeo a Grecia.
  3. Trato de Italia con uno de los tres gobiernos de Libia (febrero de 2017), que en la práctica solo controla la capital en un Estado fallido. Se produjo con el beneplácito y financiación de la UE y da formación y medios para la creación de una guardia costera libia que evite llegadas de migrantes y refugiados a Italia. Ya antes del «cierre de puertos» declarado por el nuevo ministro del Interior y líder de la ultraconservadora Liga, Matteo Salvini, uno de cada tres botes rescatados/interceptados eran devueltos a Libia. De hecho, el acuerdo lo firmó el anterior Ejecutivo italiano, dirigido por el socialista Matteo Renzi. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de la ONU, lo calificó de avance positivo el pasado mayo, pero advirtió que queda mucho por hacer, pues estas personas son automáticamente detenidas al llegar a Libia.

Otro episodio relevante que puede haber influido -aunque no de forma tan trascendental- en el descenso de las llegadas es la derrota militar del Daesh en Irak y Siria el año pasado, aunque la inestabilidad en ambos países y la guerra en Siria continúen.

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Este viernes, mientras en Bruselas los líderes de los países europeos presentaban sus conclusiones sobre el acuerdo migratorio y de asilo, 100 personas han muerto frente a las costas de Libia tras nadar más de una hora sin que nadie los rescatara. Lo ha denunciado Acnur, que ha sido testigo y ha atendido a 16 supervivientes.

El fundador de la ONG española Proactiva Open Arms, Óscar Camps, ha denunciado a su vez que su barco medicalizado habría podido ayudar a la guardia costera aunque el bote estuviera en aguas libias, pues ya lo han hecho otras veces. Pero asegura que Roma no ha querido contar con ellos esta vez.

Los ultraconservadores consiguen un acuerdo de mínimos en la UE

A pesar del enorme descenso en llegadas por mar a la Unión Europea, la política migratoria y de asilo ha vuelto a la primera línea de la agenda europea tras el cierre de puertos declarado por Italia. Al discurso antimusulmán y antimigratorio que hasta hace poco lideraba el primer ministro húngaro, Víktor Orban, se han sumado ahora las presiones en dos países clave en la gestión de refugiados y migrantes a través de sus ministros de Interior:

  • Italia, con la coalición del Movimiento 5 Estrellas y el líder de la ultraconservadora Liga, Matteo Salvini, al frente de Interior
  • y Alemania, con el ministro del Interior Horst Seehofer de la CSU, el socio bávaro de la CDU de Angela Merkel, que ya estuvo entre los más críticos con la política de puertas abiertas de la canciller en 2015.

Hasta antes del episodio del ‘Aquarius’, el debate en Europa estaba en si Italia estaba promoviendo devoluciones en caliente (ilegales) de posibles solicitantes de asilo en pleno mar.

Al giro antimigratorio y antimusulmán se suma el nuevo Gobierno en Austria (coalición de conservadores y ultraderecha), que el lunes comenzará su presidencia de turno de la Unión Europea para el próximo semestre.

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Así, el actual Consejo Europeo ha llegado a un acuerdo de mínimos por el que se deja el principio de solidaridad establecido en el Tratado de UE (artículo 2) a la libre elección de cada país miembro. Podrán decidir si acoger o no a solicitantes de asilo y migrantes económicos. Los segundos en cualquier caso deberán ser enviados de vuelta a su país de origen, como se estaba comenzando a hacer ya.

El trato también promueve, con España y Francia a la cabeza, la creación de centros cerrados para ellos en Europa hasta decidir si son aptos para solicitar asilo, aunque fuentes del Ejecutivo de Pedro Sánchez han indicado a El País que no habrá nuevos CIE en España.

Por otra parte, el presidente español se ha comprometido con Merkel a acoger en España a un número «equilibrado y admisible» de los refugiados que ahora mismo tiene Alemania. Y es que Alemania es el único país de la UE que se encuentra entre los diez países de todo el mundo que más refugiados acogen, con más de 970.000 personas que han obtenido protección internacional.

Las ONG llevan años pidiendo como un mantra la necesidad de establecer «vías legales y seguras» para evitar que tanto los solicitantes de asilo como los migrantes económicos puedan tramitar sus peticiones sin arriesgar sus vidas en el mar o en la ruta para llegar hasta él.

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* FE DE ERRORES: Una primera versión de esta noticia aseguraba que las llegadas por se habían reducido un 96%, cuando el dato correcto es 95%. Discúlpanos, por favor.