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El Daesh, tras su derrota en el bastión de Raqa:
tocado pero no hundido

Raqa está en el norte de Siria, cerca de Turquía. Copyright: Open Street Map y elaboración propia

La pérdida de su ‘capital’ dificulta el discurso terrorista de ser un supuesto “Estado Islámico”, pero ya hace tiempo que su control territorial se estaba reduciendo y condicionando su estrategia. Ahora la pregunta en Raqa es quién se hará cargo de su reconstrucción en la compleja guerra siria.

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¿Se puede hablar efectivamente de la toma de control de Raqa (Siria), la que el autodenominado Estado Islámico considera su capital? El coronel Ryan Dillon, portavoz de la coalición militar que lidera EEUU contra el Daesh, reconoció el martes que aún queda un 10% de la ciudad por controlar. Algo similar sucedió en el caso de otro bastión por excelencia del grupo terrorista, Mosul (Irak): desde que se anunció su “liberación” hasta que efectivamente quedó libre del control parcial de los terroristas pasaron semanas.

 

En este caso, sin embargo, hay tres elementos importantes que diferencian y condicionan la derrota del Daesh: quiénes la han liberado de los terroristas, su situación geográfica y el efecto acumulatorio de las pérdidas militares estratégicas del grupo.

Son milicias kurdas -apoyadas por EEUU- en medio de una guerra siria con muchos más flancos abiertos las que han arrebatado el control a Daesh, mientras que en la iraquí Mosul fueron las fuerzas gubernamentales las que recuperaron el territorio con intención de continuar la reconstrucción del país, destaca el experto en lucha antiterrorista RUSI de Reino Unido, Raffaello Pantucci, a Salam Plan.

“(Los terroristas) están completamente rodeados, así que es inevitable que acaben perdiendo el territorio. El problema es que en Siria hay un abanico de diferentes grupos, desde las Fuerzas de Defensa Sirias [opositoras a Bashar al Asad] a las fuerzas kurdas o a las fuerzas gubernamentales sirias… Son mucha gente luchando contra el Daesh que no trabajan conjuntamente y que en algunos casos luchan los unos contra los otros. Así que la verdadera pregunta es quién llenará el hueco para reconstruir la ciudad”.

El investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano (RIE), Félix Arteaga, coincide con el diagnóstico y añade una diferencia esencial en cuanto al aspecto práctico y militar para el futuro de Raqa y del Daesh: la ciudad es mucho menor que Mosul en cuanto a tamaño y población. En el caso de Mosul, inicialmente se habló de que las personas asediadas eran un millón, aunque luego resultó ser menos, recuerda. En Raqa, se hablaba inicialmente de 60.000, pero se estima que la cifra actual de habitantes ha quedado reducida a entre 2.000 y 3.000 habitantes, entre quienes huyeron y quienes murieron.

“Raqa es más chiquitita que Mosul (…). Tardarán todavía algún tiempo no solo en reconocer que está controlada, sino también que está abierta, que es lo importante: quitar, por lo menos, todas las minas en los accesos principales y revisar casa por casa. Eso tardará bastante menos (que en Mosul)”, indica Arteaga a este medio.

«La ciudad -estratégicamente- ya está perdida para el ISIS, (aunque) siempre vuelven simpatizantes. Es una ciudad donde tenían bastante apoyo»

“La ciudad -estratégicamente- ya está perdida para el ISIS, (aunque) siempre vuelven simpatizantes. Es una ciudad donde tenían bastante apoyo”, añade el investigador del RIE. Pantucci también advierte sobre la dificultad de erradicar completamente la presencia del Daesh en la ciudad: “Al fin y al cabo es un campo de batalla urbano muy confuso, con miembros (de la organización terrorista) fundiéndose de vuelta entre la población y muchos grupos luchando”.

Arteaga considera que tarde o temprano Asad, que tiene el apoyo de Rusia, Irán y cada vez más de Turquía, acabará tomando el control de Raqa. Pantucci explica que las milicias kurdas no tienen interés en gobernar la ciudad, pues ni es una urbe kurda ni esos grupos tienen experiencia para ello. Tampoco es probable que las fuerzas occidentales se encarguen de la reconstrucción, pues intervienen en Siria solo a través del aire o apoyando a terceros, como los kurdos. Raqa “sigue siendo un sitio muy peligroso”, resume el experto del RUSI.

Mientras tanto, el grueso de los terroristas del Daesh y su cúpula continúa su repliegue hacia el sur de la otrora “capital” de su autoproclamado califato. Se están instalando cerca de la frontera con Irak en zonas poco pobladas, donde los otros actores de la guerra siria no tienen intereses. Allí aún tienen acceso a algo de petróleo, pero su principal fuente de financiación -el sistema fiscal impuesto a los habitantes de las zonas que dominaban- ya no le da los ingresos que le daba, subraya Arteaga.

Reconoce que el control territorial “les dio el salto cualitativo” y estima que lo que desde 2014 hacían de forma abierta los terroristas, ahora lo tienen que hacer “de forma soterrada, con bajo perfil, (porque) están muy señalados en las áreas donde están, los medios materiales les van faltando, etc. Vivir a costa de la población como han hecho, será muy complicado”.

Para este analista, la pérdida de Raqa en la práctica apenas significa cambios para el Daesh. De hecho, considera que la relevancia de este golpe al grupo terrorista apenas llegaría al 5 en una escala del 1 al 10. “No es lo mismo la importancia ahora que hace unos años. Ya es un rosario de pérdidas (y) la organización ya está en una dinámica de contener daños y reestructurarse. Ellos ya saben desde hace tiempo que la caída es inevitable desde hace tiempo. Han ido sacando efectivos hacia la frontera sur. Es más la cuestión simbólica, moral”. (Ver mapa en PDF del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) y Syria Direct).

«Perder la ‘capital’ es embarazoso y -desde luego- una demostración de que estás perdiendo territorio. Pero no es el fin del grupo, que seguirá evolucionando en otra dirección»

Pantucci coincide: “Perder la ‘capital’ es embarazoso y -desde luego- una demostración de que estás perdiendo territorio. Pero no es el fin del grupo, que seguirá evolucionando en otra dirección”. Recuerda que el Daesh comenzó a organizarse a finales de los años 90 del siglo pasado y cree que “ahora volveremos a verles volver a una organización mucho más pequeña, más que una entidad con ‘control estatal’”.

Eso sí, en Egipto grupos afines al Daesh también están tratando de imponer su radical visión de la yihad mediante leyes en algún caso. Tampoco hay que olvidar su particular presencia en Libia, Afganistán o dispersos por África y Europa.

¿Hay más peligro de atentados en Europa y otros lugares del mundo tras la toma de Raqa? Ni Pantucci ni Arteaga lo creen. “Siempre es posible, pero aunque ganaran, también. Cuando iban ganando, la gente iba allí. Ahora [hace tiempo] la inversión de la diáspora aumenta el riesgo en todos los escenarios”, apunta el experto del RIE. “Tienen una base real allá donde vayan, que es la experiencia en Siria”. Pero el analista del RUSI recuerda que la mayoría de los atentados cometidos hasta ahora en suelo europeo por el Daesh o personas afines los perpetraron terroristas que no habían llegado a desplazarse al territorio controlado entonces por el autodenominado “Estado Islámico”.

El jefe del MI5, los servicios secretos domésticos de Reino Unido, ha dicho en una entrevista con la BBC que tienen fichados a 3.000 extremistas en el país; un número que no ha determinado son retornados de Siria e Irak*. Es un ejemplo del escenario que se repite en varios países europeos. Ello no significa, según el MI5 y también en opinión de Pantucci, que todos estén listos o dispuestos a matar.

El fin de Raqa es un paso importante dentro de la acumulación de derrotas militares y morales del Daesh, pero cada vez son más las voces de expertos y los gobiernos que coinciden en que reducir la lucha antiterrorista a una cuestión de seguridad y fuerzas sería un error.

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*Fe de erratas: Inicialmente este artículo hablaba de aproximadamente 700 retornados al Reino Unido, pero ese es el número de los denominados «combatientes extranjeros» británicos en Siria e Irak que el MI5 estima que siguen con vida.