El grupo terrorista que se autodenomina ‘Estado Islámico’ ha conseguido que su propagandístico nombre prevalezca y dé una imagen completamente distorsionada de la fe musulmana. Los terroristas incumplen sistemáticamente las enseñanzas del Corán y desoyen el verdadero significado de ‘yihad’.
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Cuando el fundador de esta organización terrorista, Abu Bakr al Baghdadi, se autoproclamó califa y nombró a su grupo y el territorio que controlaría en Siria e Irak ‘Estado Islámico’ sabía bien lo que hacía. Con ese protoestado que sí llegó a tener cierta estructura como tal, pero que no ha reconocido ningún Estado, el terrorista consiguió cuatro elementos esenciales para su causa:
- sonar legítimo para los oídos de quienes se puedan sentir afines a su ideología violenta;
- crear una comunidad en la que personas perdidas pudieran encontrar su anhelado sentimiento de pertenencia a un grupo;
- alimentar el temor y/odio de los no musulmanes hacia el islam por identificar el nombre del grupo terrorista como indisolublemente ligado a dicha religión a pesar de que la mayoría de los atentados de Daesh son contra musulmanes, según el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET);
- usar como herramienta de propaganda a todo el que empleara su nombre sin siglas para referirse a él.
Tampoco es ‘islámico’ lo que representa una organización que hace bandera de sus asesinatos y que potencian el suicidio. Ninguna de esas acciones tienen el beneplácito en el Corán, el libro sagrado para los musulmanes.
¿Llevan a cabo el yihad?
La o el yihad proviene de un término árabe que significa «esfuerzo máximo» y se refiere a distintos aspectos de la vida de un musulmán en los que éste aspira a mejorar como persona o servir a la humanidad (yihad mayor) , como explicó el teólogo musulmán y expresidente del Centro Cultural Islámico de Valencia, Abdelaziz Hammaoui, a Salam Plan en este artículo sobre la supuesta «guerra santa».
También existe la yihad bélica según el Corán, pero con muchos condicionantes que los terroristas no cumplen. Partiendo de la época en la que el profeta Muhammad -quien fundara el islam- y sus seguidores eran perseguidos, en el libro se especifican los casos en los que es lícito entrar en guerra o llevar a cabo ese tipo de yihad. El principio básico es que debe ser en defensa propia. Además lo debe ordenar llevar a cabo una autoridad legítima.
Incluso se especifican detalles de cómo no atacar a los desarmados, no asesinar o herir a civiles, mujeres y niños, nunca de noche, no destruir cosechas ni matar animales, no mutilar, no atacar lugares de culto, no realizar el yihad solo para presumir… y no suicidarse.
«La excusa que encuentran los terroristas es una excusa histórica, no teológica. Es como si cogieras la opinión de un sabio de la época de las Cruzadas y lo aplicaras a hoy»
“La excusa que encuentran los terroristas es una excusa histórica, no teológica. Se basan en algún suceso histórico de un combatiente musulmán como cuando para infiltrarse en las filas del enemigo, se suicidó para abrir la puerta de una muralla. Es como si cogieras la opinión de un sabio de la época de las Cruzadas y lo aplicaras a hoy. No tiene ningún sentido”, señala Hammaoui en el artículo citado. (Para más detalles, puedes leer: «El verdadero significado de yihad y cómo los terroristas lo incumplen punto por punto»).
Aún así, el Observatorio de la Islamofobia en los Medios indica en su glosario redactado por la especialista Luz Gómez que «a los musulmanes, les repugna que se confunda el yihadismo con el islam (…). Tampoco son muy partidarios de la locución ‘terrorismo yihadista’, en la medida en que la yihad parece quedar reducida a la violencia, si bien esta expresión resulta menos lesiva que la primera y es conceptualmente más pertinente».
Por otra parte, cabe destacar que no todo lo islámico es relativo a la religión musulmana, como indica Gómez en el mismo glosario. Es un término que se refiere a lo que es propio de la «civilización» islámica, y no solo de la religión. «Ni todos los musulmanes son islamistas (solo lo son una minoría), ni todo lo islámico es exclusivo de los creyentes en el islam. Sirva como recordatorio simbólico las palabras del obispo de Biblos (Líbano), George Jodr: ‘No soy musulmán, pero soy islámico'», señala la profesora, autora también del Diccionario de islam e islamismo (Ed. Espasa).
Daesh o ‘Estado Islámico’
Daesh es el acrónimo del nombre que inicialmente tuvo el grupo terrorista transcrito del árabe: ‘Estado Islámico de Irak y Siria’. De igual manera, ISIS representa esas siglas en inglés y en ISIL la ‘L’ se refiere al Levante.
Aunque en principio todos significan prácticamente lo mismo, cada vez más instituciones promueven emplear el acrónimo Daesh. Y también los musulmanes moderados, a quienes duele u ofende que se asocie su fe con este grupo terrorista. Porque aunque el origen es el mismo, el acrónimo no recuerda continuamente a esa alusión. Además, en árabe suena peyorativo, pues se parece a decir «algo que aplastar/ pisotear», según explica el glosario de Objetivo: califato universal; claves para comprender el yihadismo, de Eduardo Martín de Pozuelo, Jordi Bordas y Eduad Yitzhak (Ed. Libros de Vanguardia).
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