Hana Jalloul Muro es experta en terrorismo y candidata extraoficial en las listas del PSOE a la Comunidad de Madrid. Asegura que las autoridades en Europa son conscientes del auge del terrorismo de extrema derecha, pero reconoce que aún queda trabajo por hacer. En España, la nueva estrategia antiterrorista centra los esfuerzos en combatir a grupos como Daesh, identificados como la principal amenaza.
Esta académica da clases en el Máster de Terrorismo Internacional de la Universidad Carlos III de Madrid e imparte habitualmente conferencias sobre la materia, con especial hincapié en la prevención, como hizo recientemente en el congreso anual del International Security Observatory.
Compagina esta labor con su trabajo como asesora del delegado de Gobierno de Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes. A él le ayuda con informes, acude a juntas locales de seguridad, tramita informes del Defensor del Pueblo…
Como militante del PSOE, defiende las medidas sociales del Gobierno de Pedro Sánchez y asegura que la Ley Integral contra la Discriminación -actualmente en tramitación- está entre las prioridades de los socialistas. Recibió a SalamPlan.com el miércoles de esta semana, un par de días antes de que se filtrara que irá como número 20 de la lista socialista a la Asamblea de Madrid en las elecciones de mayo. Precisamente en esta entrevista, había asegurado que estaría allí donde su partido le pidiera cuando Salam Plan le preguntó si se presentaría a los comicios.
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Usted defiende emplear el argumento religioso para prevenir algunas formas de radicalización. ¿Por qué?
Yo defiendo la deconstrucción del discurso islamista radical para combatir los discursos extremistas que llevan a la violencia, y en este caso a la violencia terrorista, sobre todo aquellos que se centran más en el discurso yihadista. ¿Por qué? Porque yo creo que hay una reinterpretación de los textos religiosos que muchas veces no es acorde con la realidad y cuando estudias los textos, las distintas escuelas jurídicas islámicas y la interpretación de otros juristas muy versados en la materia, te das cuenta de que hay una interpretación que muchas veces se basa en la literalidad que muchos interpretan o en una interpretación personalizada de algunos líderes religiosos para justificar sus actuaciones.
De hecho, la creación de un Estado islámico como lo interpreta el ISIS es algo que no ha existido con anterioridad. Ellos [supuestamente] toman como modelo de ‘Estado Islámico’ el que se creó en la ciudad de Medina con el profeta [Muhammad] como líder espiritual y político. El profeta es el jefe de la comunidad política porque así lo escoge la comunidad. Es decir, hay unos mecanismos de elección del soberano y una teoría política a lo largo de la historia islámica.
En este caso, existen mecanismos como la shura -la consulta- o el consenso -como el ijmá– , a través de los cuales las distintas comunidades religiosas -judías, cristianas, musulmanas y paganas que habitaban en la ciudad de Medina– procedieron a la elección del líder de este Estado político. Y esto se plasma a través de un documento escrito, que parece ser que es la primera Constitución del mundo. O sea, el Estado se crea de abajo a arriba, que no de arriba a abajo. No se impone un sistema político y religioso desde arriba, como hace el ISIS, imponiéndose a la fuerza y matando a aquellas personas que están en contra de su ideología. Además, se respeta a todas las comunidades religiosas.
Por lo tanto, se puede deconstruir no solamente el discurso, sino la construcción misma de este tipo de “Estado Islámico” como ha impuesto el ISIS, de manera palmaria. Y ya no solo eso, sino en muchas otras características, como el discurso que utilizan de la yihad.
“Judíos, cristianos, musulmanes y paganos eligieron a Muhammad como líder político”
Acaba de explicar que hay tergiversación por parte de los terroristas en cuanto a la doctrina del islam y, sin embargo, adoptamos términos como “terrorismo yihadista” o “radicalización islamista” que han promovido grupos como Daesh o Al Qaeda. ¿No estamos cometiendo un error al adoptar esos términos como si fueran sinónimo de terrorismo?
Hombre, claro. Si hablamos de ‘terrorismo yihadista’, es ‘terrorismo yihadista’ y ya está. Si hablamos de procesos de radicalización que llevan a la violencia en el ámbito de la violencia islamista radical yihadista, pues también. O sea, está bien, porque estamos hablando de ese tipo de radicalización y terrorismo en el ámbito específico del yihadismo.
Pero eso es una cosa y otra cosa es que nos olvidemos de que no se puede hacer esa equiparación directa entre terrorismo y yihadismo, porque de hecho creo que los últimos atentados en Nueva Zelanda o de Charlottesville o tantos otros demuestran que el terrorismo de extrema derecha no solo está en auge, sino que es muy fuerte.
No es que esté en auge ahora. En países como Estados Unidos, desde la creación del Ku Klux Klan a finales del siglo XIX, la mayor parte de atentados que han tenido en el país vienen por grupos de extrema derecha, aunque los realizados por islamistas yihadistas también han sido importantes, véase el 11-S.
Por eso, asignar solamente a las palabras ideas fijas como puede ser ‘terrorismo= yihadismo’ es erróneo. El terrorismo abarca muchos tipos de terrorismo, no solamente el yihadista.
Yo me refería más bien a cuando hablamos de “terrorismo yihadista”, emplear esa palabra, porque -por ejemplo- la Comisión Islámica de España no está de acuerdo en que se empleen esos términos, porque el yihad en el Corán está establecido de otro modo, completamente opuesto al terrorismo.
Claro, pero yo estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo en el hecho de que la yihad no significa lo que interpretan ellos [los terroristas], pero no veo mal que a veces se diga “yihadista”, porque así sabemos a qué terrorismo nos referimos: a esa yihad reinterpretada de manera errónea.
Eso no implica que nosotros no sepamos que el yihad no significa eso, pero en este caso se utiliza ese término para distinguirlo de otro tipo de terrorismo, de radicalización… y sobre todo, haciendo alusión a la reinterpretación errónea que hacen ellos. No porque asumamos desde un principio que ese tipo de terrorismo yihadista como ellos lo entienden es correcto. No tiene nada que ver.
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¿Eso el común de los mortales en la calle lo entiende?
Es lo que los científicos y académicos intentamos hacer. Yo tengo sendos artículos que hablan de lo que significa yihad en el islam, y como yo, otros tantos académicos. Pero para eso nosotros tenemos que escribir y mostrar nuestras investigaciones en nuestros artículos. Eso no solo pasa con yihadismo, pasa con muchísimos términos: que la gente equipara, la gente tiende a poner en bloque, a estigmatizar… Nosotros lo que tenemos que hacer es desligar ese tipo de conceptos sobre todo para que no haya estigmatización con ciertas comunidades religiosas.
¿Cómo definiría usted el islam para evitar esos estigmas, que no son ciertos?
El islam es una religión que es la tercera religión monoteísta del mundo, que viene no como algo distinto, sino a completar a las demás. El credo es súper parecido al de cristianos y judíos, [con] un solo Dios; solo que tiene algunas diferencias. Pero el texto coránico ya recoge muchísimas tradiciones de la Torá y de la Biblia. O sea, que hay muchísimas, muchísimas más similitudes que diferencias.
Lo que pasa es que el contexto político y social que han vivido los países islámicos: la caída del Imperio Otomano; la colonización; el cambio de paradigma legal, obviando -por ejemplo- el sistema legal de la sharía en su totalidad, que solo ha quedado restringida al estatuto personal en los tribunales islámicos-, lo que tuvo también como consecuencia la adopción de nuevos códigos legales … todo eso ha supuesto un choque social y cultural importante. Luego las guerras del mundo árabe… Todo eso ha hecho que las circunstancias sean distintas, el resurgir del fanatismo, las guerras, que han llevado a una situación en la que se encuentra parte del mundo árabe e islámico en la actualidad. Claro, eso siempre es caldo de cultivo para este tipo de agrupaciones.
“Somos conscientes del auge del terrorismo de extrema derecha en Europa. Lo que pasa es que una cosa es ser consciente y hacer informes y otra cosa es la transformación de las recomendaciones en leyes de manera inmediata”
Antes mencionaba el extremismo de ultraderecha. ¿Se está prestando desde las autoridades y las fuerzas de seguridad la suficiente importancia a esto?
Todavía queda trabajo por hacer, pero sí están al tanto, sobre todo si hablamos del Estado español. La nueva estrategia antiterrorista contempla cómo se tiene que luchar contra el terrorismo en términos generales, aunque es cierto que en nuestro caso hemos dado más importancia al terrorismo de corte de grupos como ISIS o Al Qaeda, porque nos ha afectado más en estos últimos años. No por eso dejamos de tener en cuenta que existen otros tipos de terrorismos, como hemos tenido el de ETA, lo cual nos ha dado también una experiencia muy buena a la hora de luchar contra el terrorismo.
Pero sí, de hecho, hay muchos reports del Radicalisation Awareness Network [Red de Concienciación de la Radicalización de la Comisión Europea] el año pasado ya que habla del terrorismo de extrema derecha y del auge. Sí que somos conscientes a nivel europeo; lo que pasa es que aquí una cosa es ser consciente y hacer informes y otra cosa es la transformación de las recomendaciones en leyes de manera inmediata.
Pero que estamos al tanto y sabemos que es un peligro, lo sabemos.
Más allá de grupos terroristas, ¿qué hay de la promoción del discurso del odio incluso desde personajes políticos? ¿Cómo combatir eso?
Combatir eso es un poco difícil y en este país con este auge que hablábamos de extrema derecha, el problema que tenemos es la falta de cultura e información en los discursos. Porque, por ejemplo, Pablo Casado dijo hace poco que éste no es un país que reciba gente que haga ablación de clítoris. Eso no existe en el islam. Es una práctica africana que muchos grupos cristianos practican, casi más que musulmanes.
O que la gente degüelle el cordero en sus casas. Pues hombre, eso no lo hace el 90% de los musulmanes.
Esto también viene unido a un contexto histórico, social y económico: la crisis económica, las migraciones económicas, la crisis de los refugiados de 2015… ha cambiado mucho el contexto en Europa. Sin ya obviar esa ola Trump, Bolsonaro [Brasil], Salvini en Italia, Orbán en Hungría, o Austria… Quiero decir que son gobiernos muy conservadores con un discurso que ha ayudado a potenciar la crisis económica, y sobre todo la crisis de refugiados de 2015.
Es evidente que es un discurso que carece de fundamento no sólo científico, sino que es patente que [tiene] una falta de cultura importante. Además, se dicen falsedades. Lo que hay que hacer es sumar en positivo, no como ahora Vox, que celebra el Día de la Reconquista. Eso solo fomenta el odio y la división.
“De la época de los musulmanes en España hemos heredado enriquecimiento”
De la época de los musulmanes en España habría que sacar Al Ándalus, la medicina, la literatura, los grandes tratados en distintas disciplinas científicas… Eso es lo que hay que sacar y lo que hemos heredado en nuestro país: enriquecimiento.
Lo que tenemos que hacer es potenciar eso. Nuestro delegado de Gobierno habla mucho de eso en positivo. Vamos a un mundo globalizado de inclusión. Lo que tenemos que hacer, como dice el presidente del Gobierno, es gestionar la inmigración, porque poner vallas no soluciona nada.
En 2050 África va a doblar su población y ¿qué dejamos? ¿Morir a la gente en el mar? No, tenemos que hacer políticas en las que gestionamos fenómenos que no podemos parar, hacerlo de forma generosa y mirar el lado positivo de esto. Nosotros tenemos ahora mismo un país que va en crecimiento negativo. Y etcétera, etcétera. Le podría justificar todo este tipo de políticas, que creo por convencimiento lógico y ético, que son las adecuadas.
Pero bueno, estamos en un momento histórico en el que el discurso del odio está cobrando mucha importancia, por desgracia, pero yo creo que eso cambiará.
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¿Cree que si hay progreso económico ayudará a que esta ola del discurso del odio a nivel global se revierta?
Sí, claro, obviamente. De hecho, una de las grandes causas del auge de la extrema derecha, por ejemplo, en Estados Unidos, viene de aquellos sitios donde la gente cree que su trabajo va a peligrar. Y lo más fácil es meterte con el que viene de fuera.
Sí que cambiará. Cambiará con gobiernos que incluyan políticas sociales. Yo creo en el proyecto de mi Gobierno, creo que lo estamos haciendo bastante bien, las medidas adoptadas en el plano social son muy positivas, la gestión que ha hecho el presidente con la inmigración, el foro internacional en Marruecos [de donde salió el primer Pacto Mundial para las Migraciones, no vinculante]… demuestran que hay voluntad de gestionar y cambiar esto y favorecer siempre la diversidad cultural y el enriquecimiento que ello supone.
Si combinamos esas dos cosas: auge económico y políticas sociales, esto cambiará.
“Con auge económico y políticas sociales, el discurso del odio se revertirá”
Hace aproximadamente un año defendió en el Congreso la aprobación de la Ley Integral Contra la Discriminación. ¿Cuáles son los ejes centrales que aportaría?
Esta ley estaba muy bien, porque se hizo con muchísimos colectivos de distinta índole. Han participado para que se incluyeran muchas medidas, por las que ellos luchaban, en esta ley. Va a haber sanciones económicas para aquellos que falten a esta ley, aquellos que no respeten a todos estos colectivos. [Son] los colectivos más vulnerables: discapacitados, de otras religiones, el colectivo romaní- gitano… es una ley que no deja fuera a nadie.
¿Está ley se aprobará de seguir el PSOE en el Gobierno?
Está en tramitación. Claro, tramitaremos muchas leyes.
¿Es una de las prioritarias?
Pues, hombre, está en tramitación. Sí.
¿Se va a presentar a las elecciones?
Yo estaré donde me pida mi partido. Estoy bien aquí: sigo siendo profesora en la universidad y estoy en la Delegación de Gobierno, que es donde tengo que estar.
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