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Las 7 mejores películas contra la islamofobia según 7 expertos

Escena de 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?'.

Desde las más comerciales -incluida una ganadora de 4 Oscar- a una censurada en Francia. Profesores, activistas, musulmanes y no musulmanes recomiendan en Salam Plan las películas de ficción que mejor rompen con los estereotipos y prejuicios contra los musulmanes. Así se combate la islamofobia desde la gran pantalla:

1. Díos mío, ¿pero qué te hemos hecho?, Phillipe de Chauveron (Francia, 2014)

Esta comedia francesa que pone en evidencia la actitud de un matrimonio francés que se desespera con los maridos que eligen sus cuatro hijas. ¿Su “defecto”? No tener su color de piel o su religión.

“Descubren a través de las relaciones sentimentales de sus hijas cómo ha cambiado la composición social francesa”, dice el secretario general de Andalucía Acoge, Jorge Miguel Morales. “Tienen que superar sus prejuicios y también lidiar con el propio racismo entre los yernos, lo que nos recuerda que el reto de la diversidad es multidireccional”. El 19 de diciembre se estrenará la segunda parte en España: Dios mío, ¿pero que te hemos hecho… ahora?

2. El próximo Oriente, de Fernando Colomo (España, 2006)

Caín es un joven carnicero del madrileño barrio de Lavapiés. Cuando descubre que su hermano Abel ha dejado embarazada a Aisha, se hace pasar por el padre y se convierte al islam para casarse con la mujer a la que quiere. “Ella es musulmana española, hija de bangladesíes. No es la típica historia de un chico marroquí”, destaca Arancha Ferrero.

Es guionista de publicidad y televisión y miembro de la Asociación Musulmana por los Derechos Humanos. Ha participado en varios libros escribiendo, por ejemplo, un cuento sobre mujeres musulmanas y artes marciales (en Cuadernos de Medusa II, Ed. Amor de Madre). Igual que ella combate los estereotipos sobre los musulmanes, Ferrero recomienda esta comedia “hecha por un lavapiesero” como es Fernando Colomo, porque aborda de forma “muy bella” y alejada de estereotipos los 5 pilares del islam.

3. Soumaya, de Waheed Khan y Ubaydah Abu-Usayd (Francia, 2019)

Una mujer es despedida de pronto después de diez años. “Has cambiado”, le dice su jefa para justificarlo, pues le parece sospechoso que se ponga el velo al salir del trabajo, donde no puede llevarlo.

Ambientada en Francia, esta película denuncia la caza de brujas en la que se han sentido inmersos numerosos musulmanes franceses tras los atentados perpetrados por Daesh el 13 de noviembre de 2015 en París. ONGs como Human Rights Watch han denunciado presuntos abusos del estado de emergencia que se declaró después y que también ha llevado al arresto domiciliario de musulmanes sospechosos para las autoridades sin juicio previo.

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Naima Benaicha, profesora de Estudios Islámicos y Árabes de la Universidad de Alicante y directora de la Revista Argelina, aconseja ver esta cinta, “censurada por el Gobierno” en Francia, porque “trata el espinoso tema de la islamofobia desde un prisma poco habitual: los directores optan por darles la palabra a los musulmanes en lugar de hablar de ellos”.  

Benaicha, que recientemente participó en el ciclo Ellas Son Cine de la fundación Mujeres por África, sostiene que el cine actualmente “se ha convertido en un medio que nos refresca la memoria gracias a unos referentes históricos que arrojan algo de luz sobre la relación entre la sociedad occidental y el islam”.

La profesora lamenta que hoy en día se asocie “musulmán a un Oriente que se opone a un Occidente [supuestamente] ‘judeocristiano’” en lo que el periodista francés Thomas Deltombe “con razón denomina ‘islam imaginario’” en su libro del mismo título. Soumaya puede verse actualmente en una gira por distintos lugares de Francia.

4. Mi nombre es Khan, de Karan Johar (India, 2010)

“’Soy musulmán y no soy terrorista’ es una afirmación repetida varias veces por el protagonista de la película… y creo que muchos musulmanes que vivimos en Occidente nos sentimos identificados con ella y con cada una de las escenas de la película, es nuestro día a día después del 11-S”, comenta Abdelaziz Hammaoui, téologo del islam y sociólogo, que también imparte cursos para prevenir la islamofobia.

“Creo que no soy el único musulmán que hace uso de esta frase, al menos de forma interna, en su día a día, y a veces dan ganas de gritarla a los cuatro vientos, especialmente en algunos lugares y en determinadas situaciones cuando se te juzga o se te ponen obstáculos en el camino por el nombre que llevas o por tu religión”, confiesa Hammaoui.

“En los controles de seguridad de los aeropuertos, en las entrevistas de trabajo, ante algunas miradas por la calle o algunos comentarios en el transporte público, ante la cantidad de noticias llenas de prejuicios sobre el islam en medios de comunicación y lo más, los discursos de algunos políticos que hacen del miedo al islam el principal tema de sus programas electorales… lo que te sale a veces con palabras y otras veces con lágrimas de impotencia es [decir]: ‘Soy musulmán y no soy terrorista’”.

5. La vida de Pi, de Ang Lee (Estados Unidos, 2012)

Un chico llamado Pi sufre un naufragio cuando va de camino de la India a Canadá. Junto a él, el único otro superviviente es un tigre de bengala.

Hicham Muhammad, ex secretario general de la Asociación de Jóvenes Musulmanes de España, recomienda esta cinta porque le parece “una visión interesante hacia el islam en la India”, el país que cuenta con la segunda comunidad musulmana más grande del planeta (176 millones) después de Indonesia.

A Muhammad también le parece valiosa esta historia, “porque critica la petrificación u osificación de las religiones que impide el diálogo y la convivencia”. Destaca que la confrontación de Pi con el tigre se acaba transformando en una amistad. Para él, “esta escena simboliza el auténtico concepto del yihad [esfuerzo,lucha] contra el ego y el afán de superación del egoísmo, un concepto central en todas las religiones”.

La vida de Pi fue premiada con 4 Oscar: mejor director, fotografía, banda sonora y efectos visuales.

6. Oriente es Oriente, de Damien O’Donnell (Reino Unido, 1999)

Esta comedia británica presenta a una familia de padre paquistaní y madre inglesa en una zona industrial durante los años 70. Basada en la obra de teatro del mismo nombre escrita por Ayub Khan-Din, expone la supuesta incompatibilidad entre Occidente y Oriente.

Oriente es Oriente nos invita a reconsiderar la religión, el sistema de valores, la inmigración, la moral, el matrimonio, las relaciones intergeneracionales, el peso de ‘la comunidad’ en contexto migratorio, la necesidad de independencia, el amor de los padres y de los hijos, las relaciones entre hermanos”, expone la Ana Planet, profesora de Sociología del Islam en la Universidad Autónoma de Madrid y directora de la Revista de Estudios Internacionales Mediterráneo.

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“Los argumentos islamófobos están plagados de falacias (…). Basta ponernos en los años 70, en Inglaterra, en un vecindario de clase media baja y en una sociedad que cambia a ritmo vertiginoso para que todo pueda pensarse de nuevo, impidiendo cualquier visión reduccionista y cualquier intento de explicación simplificadora”, sostiene Planet.

La cinta recibió el premio BAFTA a la mejor película británica en 1999.

7. Selam/Salam, de Levent Demirkale (Turquía, 2013)

Salam significa paz, además de un saludo como fórmula acortada de Assalamu alaikum (la paz sea contigo) y “es el mensaje principal de la película”, apunta Temir Naziri, director de programas culturales y cooperación internacional de Casa Turca y responsable de la organización por el diálogo interreligioso Arco Forum.

“Creo que es una película muy interesante, donde tres profesores -en este caso musulmanes turcos- viajan a diferentes países con la intención de dar una educación basada en valores universales humanos y así llevando consigo el mensaje de paz también, Selam”, apunta Naziri.

Basada en hechos reales, la cinta de Levent Demirkale muestra la labor social de estos profesores, que quieren facilitar el acceso a la educación en lugares desfavorecidos donde los más pequeños no la reciben. Naziri cree que “hoy en día, ejemplos así de musulmanes contribuyendo para el bien de la sociedad donde viven puede ayudar mucho para combatir la islamofobia. Musulmanes que contribuyen y enriquecen, social, cultural y económicamente, a las sociedades en las que viven y conviven con los demás”. La película está disponible en turco y alemán; también se ha subtitulado al inglés.

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