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“Mirando a la cara a los terroristas, me encontré con ‘millenials’ con una juventud muy parecida a la mía”

Pilar Cebrián es una periodista que cubre conflictos armados en Oriente Medio desde 2011. © Jesús Umbría/ Ed. Ariel

Yolanda es una chica de uno de los barrios más acomodados de Madrid, Léonard es descendiente de judíos que murieron en Auschwitz. Ambos acabaron uniéndose al grupo terrorista Daesh cuando éste controlaba parte del territorio en Siria e Irak.

La historia de los 5.000 ciudadanos europeos que hicieron ese viaje, según Interpol, es uno de esos grandes misterios que los analistas intentan desentrañar desde hace casi una década, y la periodista Pilar Cebrián se ha enfrentado a él cara a cara. Les visitó en las cárceles de Irak, conoció a sus familiares, y ahora recoge sus testimonios e historia en El infiel que habita en mí (Ed. Ariel) en un intento de arrojar luz sobre la incógnita.

¿Qué descubrió mirando a la cara a estos europeos que abandonaron su hogar para unirse a los terroristas de Daesh?

Mirándoles a la cara, me encontré con una generación más joven de lo que me esperaba, con una generación más similar a la mía de lo que me esperaba, menos religiosos, más ignorantes en lo referente a las ciencias islámicas de lo que yo había imaginado. La mayoría no llegaba a los 30 años, eran millenials y habían tenido una juventud muy parecida a la mía.

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Cuenta desde la historia de Yolanda, una chica de uno de los barrios más pudientes de la capital española, hasta Léonard, un francés descendiente de judíos que murieron en Auschwitz. ¿Qué historia le sorprendió más al preparar este libro?

Todas las historias me han sorprendido, pero justo la que ha mencionado, de Léonard Lopez, la conocí a través de la familia, a diferencia del resto, a quienes he entrevistado en persona. Viajé con sus padres a los campos de los detenidos en Siria para que ellos pudieran ver a sus nietos, y me hice amiga de los Lopez. Son una pareja muy culta, muy viajada, profesores, apasionados de la política y de la literatura. Llegaron a simpatizar con la URSS. A mí me sorprendía mucho que su hijo se hubiera unido al Estado Islámico, cuando tienen otro hijo -el hermano de Léonard- que es más parecido a sus padres, tiene un trabajo estable, una novia…

Descubrí que la historia familiar tiene también una influencia en la radicalización yihadista. Es una familia que ha hablado mucho de conflictos bélicos del pasado. Una rama de la familia, la del padre, son anarquistas que se exiliaron de la península ibérica a finales del siglo XIX. La otra rama de la familia son judíos polacos que emigraron a Francia y que, cuando los nazis toman parte de Francia, los envían al campo de concentración de Auschwitz y mueren en las cámaras de gas. Eso también se hereda en la familia, son cosas que se hablan. El sentimiento de los perdedores de guerra, ese sentimiento de injusticia.

“No me parece sensato confiar la cuota de prisioneros más sensible e importante para la comunidad internacional a dos países que están sumidos en sus propios conflictos internos”

Los terroristas que salen en su libro querían hablar. ¿Se les debería traer de vuelta a Europa para juzgarles aquí, como se ha debatido?

Yo soy de las que piensan que, en favor de la seguridad del territorio europeo, es más recomendable que estén en cárceles de nuestros países. Porque este apaño que se ha inventado de los focos de detención en Siria e Irak están demostrando con el tiempo que no garantizan un encierro seguro. Está habiendo fugas de campamentos, con 750 prisioneros que se fueron de uno en octubre de 2019. Hace un año una de las residentes españolas, madre de tres niños españoles, se escapó del campamento de Alkhoi y está en paradero desconocido… En las cárceles de Irak, los prisioneros con los que he hablado, me dicen que siguen en comunicación con los altos mandos del ISIS en el exterior.

No me parece sensato que sea una solución a largo plazo confiar la cuota de prisioneros más sensible e importante para la comunidad internacional a dos países que están sumidos en sus propios conflictos internos.

“En todo lo referente a ese fantasma de niño radical, no veo en los hijos de estos terroristas un germen peligroso para la seguridad de la Unión Europea”

También hay niños hijos de terroristas, como los que ha mencionado, que están retenidos en campamentos para miembros del autodenominado ‘Estado Islámico’, como los nietos del matrimonio López del que habla en su libro. ¿Cómo se soluciona esto?

Si alguien va a volver, son ellos. [Pero] los políticos no quieren repatriar a nadie que haya formado parte del califato, principalmente porque es un movimiento que favorece a la extrema derecha y va a ser utilizado por sus opositores. (…).

En todo lo referente a ese fantasma de niño radical, yo no lo he visto y no estoy de acuerdo. El fiscal de París, se pronunció en este sentido, dijo que estos niños eran bombas de relojería. Eso no es verdad.

Muchos de estos niños han nacido en el [autodenominado] califato; por supuesto, les tendríamos que eximir a todos de responsabilidad. Yo creo que los niños tienen primero un trauma de separación de su país natal [los que se trasladaron allí con sus padres], el segundo trauma cuando muere su padre en combate, el siguiente trauma -a lo mejor- cuando le separan de su madre en el campamento y, si regresan, cuando ingresen a su madre en prisión. Pero no veo en estos niños un germen peligroso para la seguridad de la Unión Europea.

¿Qué tal se recupera la población que sufrió bajo el yugo de Daesh? El grupo terrorista no ha desaparecido y la guerra civil en Siria no ha terminado.

Se recupera mal, principalmente porque el país está arrasado. La venganza se ha instalado en las familias. Si hay un miembro que participó en la lucha del Estado Islámico, se ha estigmatizado a toda la familia y muchas de estas familias acaban en campamentos de desplazados. Las yazidíes creo que continúan suicidándose, niñas secuestradas y convertidas en esclavas sexuales que están soportando el trauma que han vivido.

“Tanto en Siria como en Irak, la población es muy hospitalaria, muy generosa. Y a pesar de todo lo que han vivido, mantienen un sentido del humor envidiable”

Dígame algo que le guste especialmente de Siria e Irak, de sus gentes, para no quedarnos con tan mal sabor de boca.

Tanto en Siria como en Irak, la población es muy hospitalaria, muy generosa. Es muy humana. Creo que en Occidente hemos perdido un poco el sentido de la humanidad y creo que el individualismo ha cegado un poco algunas de las mayores cualidades del ser humano. En estos países, estos temas están más a flor de piel.

Yo, por ejemplo, en Irak no habría conseguido completar todo mi trabajo, si no hubiera sido por la ayuda de un investigador iraquí, Hisham al Hashimi, que fue asesinado el 6 de julio del año pasado. Me ayudó muchísimo a conseguir fuentes, a [saber] en qué cárceles estaban los prisioneros, cómo se estaba juzgando a los europeos… Él era una eminencia en el país y [a quien] yo en España no podría haber accedido, y sin embargo, fue muy accesible. Era una persona muy generosa, siempre tenía tiempo para todo el mundo.

Son muy hospitalarios, muy generosos; y a pesar de todo lo que han vivido, mantienen un sentido del humor envidiable.

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