El próximo curso se enseñará “El terrorismo en España” en las aulas de Secundaria y Bachillerato de todas las comunidades autónomas. El temario se centrará principalmente en ETA. Pero a la hora de abordar el terrorismo de Daesh o Al Qaeda, destacados expertos advierten sobre un enfoque erróneo e islamófobo.
Los ministerios del Interior y de Educación presentaron este martes la propuesta para la primera unidad didáctica (de un total de siete), destinada a la asignatura de Geografía e Historia para alumnos de 4º de la ESO. Se trata de una guía para el profesorado, en la que en cuatro sesiones se explica qué es el terrorismo, los distintos tipos de terrorismo que han afectado y afectan a España y su evolución desde el franquismo hasta la actualidad. Todo ello, con distintos testimonios de las víctimas y ejercicios prácticos para hacer reflexionar al alumnado.
Su objetivo es que “las nuevas generaciones tengan una noción clara de cómo España ha sufrido por culpa del terrorismo. Cómo se luchó y se sigue luchando contra él”, dijo el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska.
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Para elaborar el temario, los ministerios han consultado con educadores, historiadores y asociaciones de víctimas del terrorismo. La edición del contenido, que pretende ser una guía para el docente, se ha realizado en colaboración con el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y la Fundación Víctimas del Terrorismo. La intención principal es trabajar por la memoria histórica del daño causado por el terrorismo etarra.
También se abordan los atentados del año pasado en Cataluña el 17 de agosto, inspirados en Daesh; el del 11-M cometido por Al Qaeda en 2004 y el primero de un grupo terrorista de ideología similar, en 1985.* Y ahí surge un grave problema para referentes españolas sobre la islamofobia consultadas por este medio: tres errores de bulto al hablar de terrorismo «yihadista», «islamista» y en la definición de esta tipología.
El contenido se ha realizado sin contar con la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia, el Observatorio de la Islamofobia en los Medios o la Comisión Islámica de España, a pesar de incluir términos como «terrorismo yihadista» o «terrorismo islamista»
Tanto la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia como el Observatorio de la Islamofobia en los Medios o la Comisión Islámica de España han confirmado a Salam Plan que nadie de los ministerios se ha puesto en contacto con ellos para elaborar el contenido, del que han tenido noticia a través de este medio.
¿Terrorismo “yihadista”?
La primera alarma salta en la tipología establecida en el temario para explicar a los alumnos de Secundaria distintos tipos de terrorismo y la definición del que ejercen grupos como Daesh. Se dividen en “nacionalistas radicales” (ETA, Terra Lliure, etc.), “extrema izquierda” (GRAPO, etc.), “ultraderecha” (Grupos Armados Españoles, GAE, por ejemplo) y “yihadistas”.
Esta última palabra aparece siete veces en la unidad didáctica. El Observatorio de la Islamofobia en los Medios aconseja evitarla, al igual que la profesora de sociología del islam en la Universidad Autónoma de Madrid y directora de la Revista de Estudios Internacionales Mediterráneos, Ana Planet.
En conversación con Salam Plan, Planet recomienda “reparo” a la hora de usar el concepto de “yihadista”, pues considera que “no es del todo correcto”. A muchos creyentes musulmanes les duele el término aplicado al terrorismo, porque se asocia su religión con la violencia gratuita, lo que prohíben el propio Corán y las enseñanzas de su principal profeta, Muhammad (o Mahoma).
El “yihad” significa en primer lugar “esfuerzo” en árabe. Según el libro sagrado de los musulmanes, existe el “yihad mayor” -que se refiere al esfuerzo por mejorar uno mismo en primer lugar- y el “yihad menor” -relativo a la ayuda al prójimo y servir a la humanidad-. Únicamente se puede aplicar este término a la acción bélica para la autodefensa y bajo estrictas normas.
En ningún caso, el terrorismo de quienes dicen ejercerlo en nombre del islam, cumple las reglas de esos casos excepcionales. Así lo explicó Salam Plan en el artículo “El verdadero significado de yihad y cómo los terroristas lo incumplen punto por punto”.
Lo defienden figuras como el Premio Nacional de Juventud 2013 y teólogo musulmán, Abdelaziz Hammaoui; o la profesora emérita de estudios árabes e islámicos de la Universidad de Barcelona y autora de varios libros divulgativos sobre el islam, Dolors Bramon; o la jurista y máster en Análisis y Prevención del Terrorismo, Iman Bakkali. Ésta última lo dejó negro sobre blanco en un artículo publicado por el propio Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) perteneciente al Ministerio de Defensa.
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Además, la lista de condiciones que dio Muhammad para poder matar en casos excepcionales coincide con todo lo que incumplen los terroristas que afirman matar en nombre de esa religión:
- no atacar a los desarmados,
- no asesinar o herir a civiles, mujeres y niños,
- nunca de noche,
- no destruir cosechas ni matar animales,
- no mutilar,
- no atacar lugares de culto,
- no realizar la yihad solo para presumir…
“Quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiese salvado las vidas de toda la Humanidad”, reza la aleya (versículo) 5:32 del Corán.
“Desde el 11-S se ha ido consolidando un lenguaje vinculado a la práctica religiosa islámica”, denuncia la presidenta de la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia, Isabel Romero. “Que unas personas terroristas se autodenominen musulmanes o yihadistas, no implica otorgarles esa realidad”.
«La posibilidad de erradicar la palabra yihadismo, no la veo. La he predicado durante 15 años y eso ya no tiene remedio. Yo, cuando me toca, digo ‘terrorismo de raíz islamista’, insistiendo en que no practican el islam como Dios manda»
— Dolors Bramon, profesora de estudios árabes e islámicos UB
La solución para Planet en el caso del temario para los institutos es contextualizar y ofrecer una información más pormenorizada del terrorismo que ejercen grupos como Al Qaeda o Daesh y que afecta también a los musulmanes. De hecho, el 95% de los atentados se producen en países de mayoría musulmana, según el Observatorio Internacional sobre Estudios de Terrorismo.
Esta experta recomienda, por ejemplo, como material didáctico de apoyo la campaña #Testimonis17A lanzada por Safi Stop Als Fenòmens Islamòfobs en la que musulmanes vecinos de Barcelona cuentan en vídeos cómo vivieron aquel día. O considera que sería una buena idea incluir la noticia del abrazo que el padre del pequeño Xavi de 3 años que falleció en el ataque quiso dar al imán de su localidad en señal de rechazo compartido frente al terrorismo y muestra de convivencia pacífica.
Dolors Bramon hace una confesión a Salam Plan: «La posibilidad de erradicar la palabra yihadismo, no la veo. La he predicado durante 15 años y eso ya no tiene remedio. Yo, cuando me toca, digo ‘terrorismo de raíz islamista’, insistiendo en que no practican el islam como Dios manda».
¿Terrorismo “islamista”?
El concepto “terrorismo islamista” se utiliza una única vez en la unidad didáctica, en relación a los atentados del año pasado en Barcelona y Cambrils. Por otra parte, nunca se menciona al grupo terrorista Daesh, quien lo inspiró.
Para la presidenta de la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia, es tan malo hablar de “terrorismo islamista” como de “terrorismo yihadista”. Romero opina que no es necesario diferenciar tipologías y pide llamar a las distintas organizaciones terroristas “por sus nombres, sin más apellidos”. Para Planet, lo mejor es también limitarse a mencionar los grupos terroristas pertenecientes a cada categoría con un resumen de quiénes eran los protagonistas y sus atrocidades.
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La profesora de la Universidad de Barcelona, Dolors Bramon, está de acuerdo en teoría, pero no en la práctica. Considera que las circunstancias españolas, con el terrorismo etarra, obligan a diferenciar un terrorismo de otro. Bajo su punto de vista, usar la expresión «terrorismo islamista» «no es un error, pero no es exacta». Propone denominarlo «terrorismo de raíz islamista». ¿Por qué? Porque «islamista» se refiere a una opción política y no religiosa.
«Una cosa es ser musulmán -es decir, practicar el islam-; otra cosa es ser islamista – que quiere decir practicar alguna variante del islam no exactamente ortodoxa-. Por ejemplo, los talibanes practican un islam con el que un experto no puede estar de acuerdo. O el que se practica en Arabia Saudí, el wahabismo», describe. También hay partidos islamistas, como el que lidera el primer gobierno de la transición democrática en Túnez, que fue premio Nobel de la Paz junto a sus interlocutores.
“Imagina que el terrorismo del IRA se hubiera denominado terrorismo católico o cristiano, cristianismo terrorista»
— Isabel Romero, Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia
Por su parte, la profesora de sociología del islam de la Autónoma es tajante en este caso: “nunca” debe usarse «terrorismo islamista; tendría que quitarse sin ninguna duda”. El motivo es que lleva a una asociación de ideas errónea, como indica el citado glosario del Observatorio: “A los musulmanes, les repugna que se confunda el yihadismo con el islam, error al que induce la expresión ‘terrorismo islamista’. No les falta razón, por lo que se debe evitar”.
La presidenta de la plataforma contra la islamofobia, Isabel Romero, propone esta reflexión: “Imagina que el terrorismo del IRA se hubiera denominado terrorismo católico o cristiano, cristianismo terrorista… y se argumentara que como Jesús uso la violencia para expulsar a los mercaderes del templo, existe por ello esa justificación del uso indiscriminado de la violencia [,como defendieron los zelotes tiempo atrás]”.
Bramon explica que «la doble perversidad del terrorismo de raíz islamista, es en primer lugar la perversidad de practicar el terrorismo; y en segundo lugar, utilizar elementos religiosos -o incluso el nombre de Dios- para cometer asesinatos».
El error «brutal» e «incorrectísimo»
La profesora de sociología del islam, Ana Planet, considera un “error brutal (…), catastrófico” del temario la definición ideológica en el apartado del terrorismo “yihadista”. En ella, la guía para el docente establece que “su objetivo es implantar un califato bajo una interpretación ortodoxa de la sharia, la ley islámica”.
Planet alerta de que es una definición “completamente errónea”. Para empezar, la implantación del califato era objetivo primordial para el Daesh y por eso se autodenomina «Estado Islámico», aunque no sea ni una cosa ni la otra, según Bramon. Al Shabab, Al Qaeda y otros grupos «no se plantearon la expansión territorial, sino simplemente sembrar el terror».
«Se actúa de forma completamente irresponsable y negativa sobre la imagen de 1.600 millones de musulmanes, profundizando en estereotipos y fomentando el miedo y el rechazo hacia una confesión religiosa universal”
— Isabel Romero, Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia
Bramon también asegura que es «incorrectísimo» decir que las actuaciones de estos terroristas se deben a «una interpretación ortodoxa de la sharia«. Explica que «querer presentar la sharia como ley del islam, no es cierto [en la práctica]. Porque cada gobierno que dice seguir la sharia, la sigue a su manera. Es decir, la sharia no es un código único».
Planet considera que se debería eliminar esa frase, de igual forma que en los otros tipos de terrorismo descritos no se define su ideología más allá de definirlos como nacionalismos o extremismos violentos.
Romero asegura que todos los fallos se engloban en un mismo error básico: “Se actúa de forma completamente irresponsable y negativa sobre la imagen de los 1.600 millones de musulmanes [que se estiman en el mundo], profundizando en estereotipos y fomentando el miedo y el rechazo hacia una confesión religiosa universal”.
Consultar con expertos en islamofobia y sus víctimas
A Planet le preocupa mucho “cómo se va a trabajar” la impartición de estas clases en lo que toca al Daesh o Al Qaeda o grupos terroristas afines. Si bien, Planet valora positivamente que se aborde el tema del terrorismo en las aulas, asegura que no ve a los profesores -ha trabajado con docentes en este contexto- preparados para hablar de estos grupos.
Por ello, propone que los profesores reciban formación en este sentido para evitar promover la islamofobia, ya sea por “ignorancia o prejuicio”. Implora que “teniendo en cuenta que estamos ante un problema muy serio, en el que existe una islamofobia estructural en nuestro sistema, tendría que convocarse a aquellas plataformas cívicas sensibles a cómo se está construyendo esta islamofobia; también a sus víctimas”.
“Estamos ante un problema muy serio, en el que existe una islamofobia estructural en nuestro sistema. Tendría que convocarse a aquellas plataformas cívicas sensibles a cómo se está construyendo esta islamofobia; también a sus víctimas»
— Ana Planet, profesora de sociología del islam UAM
Romero cree que “lo primero [es] consultar con la comunidad musulmana” y contar con su ayuda para elaborar los contenidos educativos en cuestión. “No somos invisibles: existe la Comisión Islámica de España y 17 federaciones; creo que hay dónde consultar”.
La intención del Gobierno es «consensuar» el estudio de las siete unidades didácticas sobre «El terrorismo en España» en las comunidades autónomas para el curso 2019-2020 a través de la Conferencia Sectorial, informaron los ministerios al presentar la unidad didáctica analizada en Salam Plan.
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*Fe de erratas: En la primera versión de este artículo figuraba erróneamente que el atentado de 1985 en el restaurante El Descanso fue igualmente cometido por Al Qaeda. Las investigaciones apuntan a terrorista(s) afines, si bien no se ha podido concretar la autoría.