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Se buscan voluntarios que no dominen el español para mejorar los tests de alzhéimer

El neuropsicólogo Alfonso Delgado, en su consulta del Clínico San Carlos en Madrid. © Salam Plan

Participarán en una investigación que pretende ayudar a tratar correctamente casos de demencia, como el alzhéimer, en ciudadanos que no puedan expresarse con naturalidad en castellano. Los voluntarios deberán ser mayores de 50 años, no tener ningún problema neurológico y tener -preferiblemente- el árabe como lengua materna. ¿Su tarea? Responder un test basado en imágenes. Solo piden una hora de dedicación.

En este idioma se centrará la primera fase de la investigación llevada a cabo por un pequeño equipo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Lo dirige Alfonso Delgado, un neuropsicólogo que realiza su tesis doctoral sobre esta materia tras detectar la necesidad en pacientes que acuden a la consulta.

Los tests actuales en España para detectar estas enfermedades dependen mucho del lenguaje. Por ello, el estudio quiere establecer pruebas de memoria que sean igualmente válidas para todos los idiomas y culturas.

“Muchas de estas pruebas [cognitivas] tienen un componente verbal y cultural muy alto. Por ejemplo, hay una serie de palabras que tienen que recordar, entre las cuales la versión española es: ‘enciclopedia, cuervo, alpargatas’ (…). Hemos ido detectando que estos tests no son tan objetivos cuando la persona que tenemos en frente tiene otro idioma materno, no domina el español…”, ejemplifica Delgado.

“Muchas de estas pruebas tienen un componente verbal y cultural muy alto. Hemos ido detectando que estos tests no son tan objetivos cuando la persona que tenemos en frente tiene otro idioma materno”

Aunque Delgado sostiene que los problemas con el idioma no impiden un diagnóstico médico correcto, sí dificultan una atención adecuada al paciente por la parte de la neuropsicología, especialmente de cara al siguiente paso: “Saber bien cuál es tu punto fuerte, cuál es tu punto a mejorar, para luego trabajar sobre ellos”. Y como señala una de las neurólogas que colabora con él, Vanesa Pytel, los tests que no se basen en un idioma que no dominan contribuirán a restar nerviosismo a los pacientes, que ya de por sí acuden preocupados a la consulta.

¿Por qué piden que los voluntarios sean sobre todo árabes? “Me estoy centrando en la Liga Árabe, porque por algún lado hay que empezar y tenemos Marruecos al lado”, explica Delgado. Los marroquíes conforman la población extranjera más grande en España, con más de 812.000 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En segundo lugar están los rumanos con casi 670.000 ciudadanos; y en tercer lugar, los británicos con 249.000.

Sin la barrera del idioma

El equipo de Delgado, que centra sus investigaciones en el alzhéimer, se ha puesto en contacto con otros grupos de investigación similares en Europa. Pone como ejemplo a unos investigadores en Holanda, que han desarrollado un test de diagnóstico de demencias para la población turca del país -que, al igual que otros extranjeros allí- se defienden con mayor facilidad en inglés que en neerlandés.

La ventaja de los tests “transculturales” sobre los que está trabajando Delgado es que no dependan del idioma. Se basarán en imágenes, e incluso las instrucciones sobre el test para el paciente están grabadas en su idioma, una herramienta que les han facilitado en parte los investigadores holandeses y otros de Dinamarca. Ahora toca comprobar si las pruebas que han desarrollado en Madrid son eficientes.

“Más allá de /Salam. Kei fal jal. Ismi Alfonso/ [transcripción del árabe para decir: “Hola, ¿qué tal? Me llamo Alfonso”], pues llegado el momento le doy al play y le explica [en su idioma materno]: ‘Bienvenido. Esto es un test de memoria…’”. Acompañado de la grabación, el neuropsicólogo irá mostrando los ejemplos de las pruebas, basadas principalmente en imágenes de objetos comunes, como una planta o una manzana. Así, “la persona comprende la tarea y la realiza sin necesidad de hablar”.

Como persona que estudió árabe dos años, este neuropsicólogo sabe que esta lengua varía de país en país. Por ello, se ha asesorado con varias intérpretes y mediadoras culturales para comprobar que los audios -grabados en árabe estándar y que acompañarán al nuevo test- se comprenden sin dificultad. “Ha habido una fase muy larga para asegurarnos muy bien que el audio se entiende para todos”, asegura el investigador.

“Que sea lo más familiar posible, porque estamos hablando de personas de edad muy avanzada, y simplemente el escuchar una voz que les es familiar, ayuda a que sea más objetiva la prueba”

De cualquier manera, indica que también serán bienvenidas personas con otros idiomas como lengua materna. De hecho, además del árabe, está trabajando ya también el polaco, “sencillamente porque son las poblaciones con las que he tenido la suerte de estar en contacto con ellas”. Los investigadores holandeses les han facilitado sus audios en turco, un dialecto hindi, inglés y holandés.

Además, el equipo de Delgado lo ha grabado también en español con distintos tipos de acentos o dialectos, “para que sea lo más familiar posible, porque estamos hablando de personas de edad muy avanzada, que no todos vinieron tan jóvenes y muchas expresiones, o simplemente el escuchar una voz que les es familiar, ayuda a que sea más objetiva la prueba”.

Necesitan a voluntarios este mismo mes de junio, si bien es posible que haya una segunda fase en septiembre. Su participación contribuirá a comprobar “si el test es viable, si se comprende”. El correo de contacto es [email protected].

Las neurólogas Vanesa Pytel (i) y Teresa Moreno (c) colaboran en la investigación dirigida por Alfonso Delgado. © Salam Plan