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La sharía en el siglo XXI: propuestas de expertos de ambas orillas del Mediterráneo

De izq. a dcha: Elham Manea, Leila Haddad, M.A. Rafiqui, Said Bensaid Alaoui, Rachid Guedira y Abderrahim Anbi. © SalamPlan

Un panel de académicos, periodistas, abogados, imanes y activistas se ha reunido en Granada para evaluar lo que significa la sharía o derecho islámico en la actualidad. Todos defienden una adaptación a los tiempos y el lugar.

La palabra “sharía” significa camino o senda en árabe e implica “la suma total de deberes, obligaciones y guías para los musulmanes”, según lo describe Azim Nanji en su Dictionary of Islam (Ed. Penguin Books). Toma forma a partir de tres elementos: el Corán, la sunna o tradición, basada en las experiencias y mensajes atribuidos al principal profeta del islam, Mohammed (los hadices); y el fikh o la jurisprudencia establecida por pensadores musulmanes de referencia en cada época y lugar. (Para saber más, haz clic AQUÍ).

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De esa misma premisa histórica de la adaptación al tiempo y al lugar parten las propuestas de los expertos de este y del otro lado del Mediterráneo reunidos en el congreso organizado por la Fundación Euroárabe de Altos Estudios (Fundea) sobre la sharía en el siglo XXI:

1. Integración no es asimilación

Tareq Oubrou es imán de la mezquita de Burdeos (Francia) y un referente académico en el país vecino, el segundo Estado de la Unión Europea con mayor población de ciudadanos musulmanes (un 8,8% frente al 11% de Bulgaria, según datos de 2016). Defiende que es necesaria una “integración” en la cultura del lugar donde se vive, pero no una “asimilación”. “Hay que volver a la esencia del islam como religión y hay que adaptarse al contexto diferente aquí en Occidente”, opina. “El racismo, la violencia… estas cuestiones no las acepta el islam. Pero lamentablemente algunas fatuas (decretos) que nos llegan desde fuera pueden atentar contra el orden público”, avisa.

El modelo laicista en Francia crea importantes críticas por quienes lo consideran islamófobo, al prohibir -por ejemplo- el uso del velo en lugares o empleos públicos a mujeres musulmanas que deseen llevarlo. Para Oubrou el laicismo francés es el “resultado de una guerra feroz con la Iglesia católica” que aún hoy manifiesta sus consecuencias. “El modelo francés es de asimilación y no de integración. Es un modelo uniformado, (que) ha tenido éxito con los católicos y con los judíos parcialmente. Pero no ha funcionado con los musulmanes”, sostiene.

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El imán de Burdeos considera que la Ley francesa protege la libertad de culto, pero es la sociedad francesa quien en la práctica impone un modelo laicista que excluye lo religioso y al que le preocupa la expansión del islam. “No puedes hacer que una persona abandone su identidad, su memoria, sus raíces. Los musulmanes se integran de buen grado, pero esto no entra en contradicción con sus creencias espirituales”, explica.

Oubrou pide que no se confundan cultura y política con creencias religiosas e indica que el profeta Mohammed rechazó el título de Rey cuando se le ofreció en La Meca. En su opinión, ejerció dos papeles bien diferenciados que no se deben mezclar: la de “mensajero de Dios” y “jefe de Estado” respetando, por ejemplo, también la religión y normas de los judíos con quienes convivían.

2. Imanes del lugar donde predican

Al igual que la Iglesia católica ha traído curas de otros continentes a Europa por falta de vocaciones sacerdotales aquí, la comunidad musulmana también trae a imanes de otros países. Si bien no siempre es por falta de vocaciones aquí. Quien fuera imán de la mezquita de Granada, Ahmed Bermejo, tiene claro que para aplicar la sharía es esencial respetar “los usos y costumbres del lugar en el que cada uno reside”. Por eso aboga por que “los imames sean de la tierra, conozcan las culturas y las leyes”. Si bien opina que en realidad, “la gran mayoría de los valores humanos actuales van en concordancia con los valores islámicos”.

La Comisión Islámica de España acordó recientemente “la necesidad emergente del dominio del idioma español para poder adentrar a la comunidad y a la sociedad de forma aceptable y eficiente” y continuar con la enseñanza del española los imanes que vengan de otro país… Una campaña lanzada en febrero por algunos miembros destacados de la comunidad musulmana como el ex secretario general de la Asociación de Jóvenes Musulmanes de España, Hisham Muhammad, pide que el español sea el idioma predominante en las mezquitas, frente al árabe.

Bermejo anima a “esa segunda generación cuyos padres han emigrado a España” a “liderar” la adaptación a los nuevos tiempos. “Deben formar parte activa de la sociedad, que la juventud musulmana empiece a asumir su papel, con un islam basado en unos puntos correctos y el entendimiento de la sociedad y el mundo en el que nos encontramos”.

“Tenemos una buena reserva de imanes autóctonos (…). El problema no radica en su origen, sino en el contenido de su formación”

Tareq Oubrou, imán de Burdeos (Francia)

Hace solo un par de semanas, el presidente francés, Emmanuel Macron anunció que no permitiría más llegadas de imanes de fuera. “Tenemos una buena reserva de imanes autóctonos (…). El problema no radica en su origen, sino en el contenido de su formación”, responde Tareq Oubrou. Explica que en Francia hay “numerosos imanes de segunda generación” que se han formado en Marruecos, Argelia, Túnez y luego volvieron.

Lo que existe, según Oubrou, es más bien un problema en su formación. Reclama nuevos materiales para ello, una modernización de la jurisprudencia de referencia para un contexto actual, global e intercultural: “Hay que suavizar la sharía, reformar el concepto seco. Hay que introducir el contexto de la alteridad. Ahora vivimos en sociedades internacionales. Antes el islam dialogaba consigo mismo; ahora el islam se ha globalizado, igual que lo ha hecho el cristianismo o la economía”.

3. Buscar una identidad propia a cada lado del Mediterráneo

Desde el año de las revoluciones árabes en 2011, son muchas las voces que han reivindicado buscar su propio camino sin calcar las democracias europeas. Y así lo expone también el teólogo Hmida Ennaifer, teólogo y profesor en la Universidad Zitouna de Túnez, hablando de la aplicación de la sharía en el siglo XXI:

“Nosotros, en el mundo árabe, estamos obsesionados con dos cosas, sobre todo desde las revoluciones (de 2011): el miedo por la modernidad, como si se nos fuese a escapar. No, la hacemos nosotros; no la importamos como un coche. Y luego está el miedo por el islam. Es otra cuestión, que no tiene que ver: (en realidad es) el miedo a perder un sistema determinado que valía en un momento determinado. Vivimos una crisis de creatividad en el mundo árabe”.

“En el mundo árabe estamos obsesionados con dos cosas: el miedo por la modernidad, como si se nos fuese a escapar y el miedo por el islam, a perder un sistema determinado”

Hmida Ennaifer, teólogo y profesor en la Univ. Zitouna de Túnez

Elena Arigita es profesora de Estudios Semíticos en la Universidad de Granada y la primera mujer no musulmana que impartió clases en la Universidad de Al Azhar en El Cairo, lugar de referencia para el islam suní. Recuerda que el concepto de ciudadanía es algo distinto en el islam, pues la identidad musulmana se establece por su pertenencia a la umma, la comunidad global de los musulmanes. Pero eso no significa que se pueda generalizar y que los musulmanes sean “monolíticos” ni que su religión sea el único rasgo definitorio de quienes practican el islam.

Mientras “el Estado está definiendo y delimitando las maneras de ser musulmán, (estos creyentes) también están definiendo y delimitando cómo ser musulmán en Europa”, con sus distintas identidades, subraya.

4. Igualdad de la mujer: los casos de Túnez y Marruecos

Ibn Arabi, uno de los máximos sabios de referencia de Al Ándalus y para los musulmanes, dijo que “una sociedad que no tiene en cuenta a la mujer, es una sociedad condenada al fracaso”. Así lo recordó la jurista e investigadora sobre los derechos de la mujer, Ana Silva, en el congreso sobre la sharía en el siglo XXI. Sin embargo, la sharía a menudo se ha aplicado y se sigue aplicando con interpretaciones o normas que llevan a la discriminación de la mujer en asuntos como el matrimonio o la herencia, señalan los conferenciantes.

Leila Haddad es una destacada abogada tunecina que defendió durante ocho años de manera altruista a los activistas de la Revolución de los Jazmines en su país, que impulsó las revoluciones árabes de 2011. Hoy es diputada en el Parlamento tunecino, en el único país donde el levantamiento ha llevado al fin de un régimen autoritario. Haddad explica que actualmente hay un “gran debate en Túnez sobre la igualdad, especialmente entorno a la herencia”, un tema que -explica- también levanta ampollas en otros países árabes. Asegura que “hay muchas familias en Túnez que dejan testamento y en él hay igualdad. Pero actualmente se busca un texto específico en la ley para garantizarlo”.

“Hay muchas familias en Túnez que dejan un testamento y en él hay igualdad. Pero buscamos un texto específico en la ley para garantizarlo”

Leila Haddad, abogada y diputada tunecina

En un repaso a la historia de Túnez en la segunda mitad del siglo pasado, Haddad demuestra los avances hacia la igualdad de la mujer en las leyes de este país de mayoría musulmana. En 1956 se reformó el Código de Familia, que dio a la mujer el derecho a elegir esposo, prohibió la poligamia y estableció que los divorcios debían solucionarse ante los tribunales. En 1993 unas enmiendas a este código consiguieron nuevos avances: “se liberó a la mujer del principio de obediencia a su esposo y lo sustituyó por el respeto mutuo entre los cónyuges”. Otro hito fue la ley contra la violencia de género en 2017, ya en el marco de la Constitución tunecina de 2014.

La actual Carta Magna tunecina se basa en los principios de la sharía a la vez que en otros textos jurídicos, como el derecho internacional y los tratados internacionales. “La sharía es una (de las) fuente(s) de legislación (en Túnez). Los profesores de Derecho Constitucional consideran que la mayoría del pueblo tunecino es musulmana, (pero) el segundo principio de la Constitución (establece que) prevalece el principio de ciudadanía”, resume la abogada y diputada. Denuncia el “discurso extremista de corrientes salafistas” y considera que “la lucha verdadera está en el concepto efectivo de la sharía, o cómo se instrumentaliza por los partidos islamistas para tener poder”.

Haddad defiende que “se pueden cambiar las reglas de la herencia para llegar a la finalidad coránica de la verdadera justicia, en sintonía con el espíritu (de la sharía)”. Ha cuantificado en cuatro casos aquellos en los que -según el Corán- la mujer hereda la mitad que el hombre, pero hay otros diez casos en los que hereda más que el hombre. Y en ocho casos, heredan lo mismo.

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Abderrahim Anbi es sociólogo y profesor en la Universidad Ibnou Zohr de Agadir (Marruecos). Lleva años investigando sobre el terreno la situación de la mujer rural en su país. “Siempre me encontraba ante el mismo problema: la mujer trabaja sin parar, contribuye en el desarrollo de la economía familiar, pero es la que menos percibe o tal vez no percibe nada a cambio”, expone. El artículo 49 del Código de Familia marroquí afirma que tanto el marido como la mujer tienen derecho a gestionar las finanzas y cada cual puede conservar su independencia financiera.

Pero Anbi denuncia que los casos que ha observado en los tribunales marroquíes demuestran que ese artículo no se aplica en el caso de la mujer rural. “Se supone que la mujer tiene que tener un ingreso visible, mientras la que mujer que trabaja en el campo hace un trabajo invisible, el trabajo doméstico. Los alfaquíes [juristas o sabios de la sharía] consideran que entra en el marco de sus competencias, que tiene que ver con su naturaleza”, lamenta.

“Siempre me encontraba ante el mismo problema: la mujer rural trabaja sin parar, pero es la que menos percibe”

Abderrahim Anbi, sociólogo y profesor de la Univ. Ibnou Zohr de Agadir (Marruecos)

Sus tareas diarias incluyen cocinar, preparar el pan, lavar la ropa, salir a trabajar al campo, traer el agua, el pasto para los animales, en algunas zonas fabrican jarapas, crían gallinas… “Y el marido es quien vende los productos y pone el dinero en su bolsillo y 30 años después [en un divorcio] la mujer se encuentra sin nada, en la calle”, denuncia. Explica que el juez pide documentos que certifiquen el trabajo de la mujer, que no puede demostrar la labor que ha hecho. Por ello, propone que los trabajadores sociales evalúen y observen su trabajo como notarios del trabajo de la mujer rural y así poder darles el derecho de acceso a sus bienes.

La profesora Lidia Fernández de la Universidad de Salamanca, destaca en su repaso al sistema judicial marroquí que los Consejos de Ulemas (sabios) creados en 1981, se “feminizaron” con la llegada al siglo XXI. En 2005 se nombró a las primeras ulemas, pero Anbi recuerda que cuando la ulema Asma Lamrabet reclamó que hubiera un reparto igualitario en las herencias, fue expulsada del consejo. Para este sociólogo es primordial la movilización social para conseguir la igualdad verdadera entre hombres y mujeres en el sistema legal marroquí.

5. No puede haber una justicia paralela

En el Reino Unido se ha permitido en los últimos años que existan tribunales de la sharía, según la entiendan -además- quienes rijan en esos tribunales. La politóloga Elham Manea de la Universidad de Zúrich ha estudiado el ejemplo británico con gran preocupación. “El experimento británico ha vulnerado muchos derechos de las mujeres y lo ha dejado en manos de clérigos, muchas veces fundamentalistas”, asegura.

Los tribunales de la sharía británicos que ella ha estudiado, casan y divorcian al margen de la ley británica, pero con el beneplácito o la luz verde de ésta. En la práctica, sostiene, esto se traduce en la discriminación de los derechos de la mujer cuando llega el momento del divorcio. Manea asesoró en un estudio del canal británico Channel 4 en 2017 sobre estos tribunales de la sharía. Resultó que el 60% de los matrimonios casados por esa vía no habían sido registrados por lo civil. En muchos casos, explica, no lo hicieron por desconocimiento. Pero en otros casos no lo hicieron, por desinterés: los fundamentalistas consideran a los tribunales británicos infieles y por tanto no tienen validez. “En muchos casos, los esposos engañan a sus esposas, porque saben que por lo civil ellas tendrán más derechos y ellos no podrán casarse con otra. Se trata de juzgados centrados en conflictos familiares no están siendo supervisados por el Estado”, advierte la politóloga.

“El experimento británico con tribunales de la sharía ha vulnerado muchos derechos de las mujeres y lo ha dejado en manos de clérigos, muchas veces fundamentalistas”

Elham Manea, politóloga y profesora de la Univ. de Zúrich (Suiza)

Elham Manea, que es musulmana de doble nacionalidad suiza y yemení, es muy crítica con la experiencia británica y rechaza que en Suiza se adopte un modelo similar, como ha propuesto otro profesor suizo. “¿Cuáles son las normas de la sharía en Reino Unido? ¿Las de Yemen? En Yemen hay un artículo que dice que no puedo salir de casa sin su conocimiento (el del marido), que tengo que hacer tareas domésticas, no hay edad mínima para casarse y tengo que cumplir con el sexo. El único criterio (para el matrimonio infantil es) si la niña es físicamente apta para cumplir (con sus) obligaciones sexuales. La realidad de Yemen se ha trasladado a Gran Bretaña”, afirma indignada.

Manea afirma que “la aplicación de la sharía en la familia en ámbitos occidentales no es adecuado (…). Fui a Reino Unido y vi que hay varias leyes ortodoxas y buscan expandir sus ideas de islam político”. Para Elham Manea no hay duda de que permitir tribunales de la sharía en este ámbito por “contentar a los sectores más fundamentalistas” es un error.

6. Mejorar la enseñanza y alejar la sharía del castigo

Mohamed Abdelouahab Rafiqui, conocido como Abou Hafs, fue imán en Casablanca (Marruecos). Pero también estuvo en prisión nueve años por hechos relacionados con el terrorismo. Allí estudió y cambió por completo su visión violenta e impositiva del islam y la sharía. Salió en 2012 y actualmente es un comentarista de referencia en los medios marroquíes y trabaja con otros presos.

“Una de las causas del extremismo es la ignorancia. Hemos trabajado con jóvenes con un nivel de educación mínimo”, indica. Su receta para las autoridades es más educación, con fuentes diversas para obtener información.

“Una de las causas del extremismo es la ignorancia. Hemos trabajado con jóvenes con un nivel de educación mínimo”

Mohamed Abdelouahab Rafiqui – Abou Hafs, antiguo preso desradicalizado

Durante el tiempo que pasó en prisión tuvo la ocasión de hablar a menudo sobre la sharía con los extremistas encarcelados. “La ideología que adoptan es producto del convencimiento de que la sharía es un arsenal jurídico, leyes. No se refieren a los conceptos debatidos aquí (en el congreso de Granada)”. Los presos con los que él discutía hablaban “directamente del castigo corporal, amputación de miembros, también cuestiones penales en el Corán y la sunna. Son sinceros en su fe, creen que sus ideas son correctas y están dispuestos a dar su vida”.

“Consideran que combatir a aquellos que no creen en Dios es paladino, una orden directa. Si les aportan otras interpretaciones, no las aceptan. Cuando les dices que el combate es defensivo, dicen: ‘no, esto no es así’”, cuenta. Rafiqui no duda de que fue “la escuela de la literalidad del texto (la que) creó el problema, porque no deja lugar a la interpretación”. Para él, es clave explicar “cómo la realidad social en un determinado ámbito produce la ley, que después puede cambiar. No podemos pensar que hay unos textos inalterables”.

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Quien fuera también imán en Casablanca, subraya que “la mayoría de estos textos que dicen que tienen que ver con la sharía, no tienen nada que ver con la religión, sino con la jurisprudencia: muchos han aparecido después del Corán y la sunna (tradición)”. Subraya, además, que las azoras o capítulos del Corán surgieron de forma paulatina como respuesta a hechos determinados. “Por ejemplo, cuando en el Corán se dice que maten a los infieles cuando los encuentren… Esta aleya (verso) habla sobre un hecho concreto y solo se refiere a ese hecho concreto”.

Por otra parte, señala que la jurisprudencia islámica también recogió costumbres o normas anteriores a la religión musulmana: amputar la mano del ladrón se hacía en una tribu antes del nacimiento del islam; las leyes de la herencia también existían en algunas tribus árabes; o también se prohibía el combate durante el mes que se consideraba sagrado. “El islam fue una revolución a nivel de dogma; en cambio a nivel social y local respetó lo previo o incluso incluyó algunas mejoras”, defiende.

7. Una fuente jurídica más

El director del Master de Democracia y Derechos Humanos en la Universidad Ibnou Zohr de Agadir (Marruecos), Rachid Guedira, defiende que “el Estado patrocina todas las religiones en Marruecos y Túnez”, donde “la sharía no es la fuente principal” de derecho, sino los tratados internacionales, distintos edictos y decretos, los legisladores…, como indicaba la abogada y diputada tunecina Leila Haddad.

El artículo 2 de la Constitución de Túnez estipula que es un Estado no religioso. En 2011, en Marruecos se eliminó el artículo 19, porque suponía “una constitución dentro de la Constitución”: decía que el monarca acudiría a la ‘institución de los creyentes’ ante un problema para el que no encontrara solución. Pero a la vez admite que la sharía impregna asuntos de la vida diaria de la sociedad marroquí: “En Marruecos hay debate sobre la libertad de culto y la libertad de no ayunar; o la cuestión de la herencia. Algunos consideran que es un mero detalle, pero no lo es”, sostiene Guedira.

“No se puede comprender el islam fuera de su contexto histórico”

Leila Haddad, abogada y diputada de Túnez

Lidia Fernández señala que la sharía sí sigue siendo predominante en el sistema legislativo de Marruecos, donde el Ministerio de Hadices y Asuntos Islámicos creado en los años 50 del siglo pasado es “uno de los más estables y relevantes para el Gobierno”. Fernández indica que este Ministerio cuenta con mayores recursos humanos y materiales, medios de comunicación, instituciones de formación superior… Y destaca: “El rey decide cuáles son los hadices que se hacen oficiales”.

Haddad incide en que “no se puede comprender el islam fuera de su contexto histórico”. Reivindica el ijtiyad, que se refiere al esfuerzo interpretativo en sintonía con el contexto para lograr valores de justicia e igualdad. Se muestra preocupada por tener a más de un 20% de diputados “salafistas yihadistas” en el Parlamento tunecino y pide que se considere “el verdadero concepto del islam como una religión que une a todos”.

Una idea en línea con la arabista española Luz Gómez, que propone “pensar la sharía como una categoría filosófica y no como una parcela de lo musulmán y aún menos de lo árabe”.

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