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Víctimas del terrorismo en Europa: desde el sentimiento de abandono al diálogo por la paz

Shirley Zapf, Antonio Miguel Utrera, Tor-Inge Kristofferson y Debora Huygue han compartido sus testimonios como víctimas del terrorismo en Europa.

Antonio Miguel Utrera sobrevivió al 11M y actualmente acude a los institutos para contribuir a la construcción de una convivencia pacífica. Shirley Zapf perdió a sus padres en el atentado de enero de 2016 en Estambul que acabó con la vida de 12 personas y lamenta que desde entonces el Gobierno alemán aún no la haya orientado sobre qué hacer.

Tor-Inge Kristofferson estaba a 17 metros de distancia de la furgoneta que explotó en el centro de Oslo el 22 de julio de 2011. Sobrevivió y se quedó a ayudar, junto a otros compañeros, a los equipos de rescate. Debora Huygue perdió a su hijo en el atentado de Bruselas del 22 de marzo de 2016.

Todos ellos han compartido su testimonio en el homenaje que la Unión Europea ha celebrado en Madrid y de forma remota, debido a la pandemia, este 11 de marzo, Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo.

“Los testigos del terror tenemos la excepcional oportunidad de tomar nuestro testimonio para elaborar un relato de paz”

Antonio Miguel Utrera sobrevivió al 11M

Antonio Miguel Utrera tenía 18 años cuando el 11 de marzo de 2004 se dirigía a la universidad. Cursaba primero de Historia, una pasión que ha sido también su tabla de salvación en los años posteriores a la tragedia que segó la vida de 192 personas. Él quedó en coma en el hospital. “El Antonio que salió de aquella espesa bruma de humo y muerte, ya no sería el mismo. Las víctimas tuvimos que aprender a vivir de nuevo”, cuenta.

Antonio ha decidido que parte de esa nueva vida esté dedicada a dar su testimonio sobre lo que ocurrió a través de charlas en distintos centros educativos de España. Ha querido que su respuesta al odio sea construir un futuro alejado de él:

“Los testigos del terror, aquellos que sobrevivimos como heridos y familiares de las personas asesinadas, tenemos la excepcional oportunidad de tomar nuestro testimonio como materia y elaborar con ella un relato de paz. Entablar un diálogo por la paz y la convivencia entre diferentes ante jóvenes que no han sufrido el infame zarpazo de la violencia, es el mejor legado que podemos dejar a la sociedad”.

“Nos sentimos completamente abandonados, por tener que afrontar este terrible camino sin ayuda”

Shirley Zapf, Alemania. Perdió a sus padres en un atentado en Estambul.

Shirley cuenta que el viaje en el que fueron asesinados sus padres era para celebrar el 64º cumpleaños de su madre. Estaban de paso en Estambul, su destino final era Dubai y Abu Dabi. Hace ya 5 años, y asegura que el Gobierno alemán sigue sin asistirles. “Nos sentimos completamente abandonados, [por tener que] afrontar este terrible camino sin ayuda”, ha lamentado ante mandatarios europeos.

Denuncia que las víctimas del terrorismo sobre suelo alemán sí tienen un interlocutor del Gobierno, pero no así en su caso. “Nos sentimos, a veces, como víctimas de segunda clase. Nadie nos pregunta cómo nos va, nos pone muy tristes y furiosos también”, ha añadido.

Debora cuenta que “el dolor intenso se convirtió en mi compañero diario”. Su fe y las largas caminatas por la naturaleza le ayudan a encontrar paz y seguir adelante: “He aprendido que una tragedia puede enseñarnos muchas lecciones y abre la puerta a nuevos caminos”.

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