Su objetivo era provocar “situaciones similares a una guerra civil”, según la Fiscalía General germana. Han sido detenidos 12 hombres, cuatro de ellos acusados de fundar y formar parte de un grupo terrorista de extrema derecha. El resto, son presuntos cómplices que ya se habían ofrecido a participar en futuros atentados.
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Fue el 14 de febrero cuando la Policía alemana llevó a cabo redadas en 13 lugares de Alemania en las que participaron agentes de las fuerzas especiales de la Policía. El Fiscal General federal ha solicitado prisión preventiva para todos los acusados. Los cuatro presuntos fundadores y miembros de la célula terrorista responden a los nombres de Werner S., Michael B., Thomas N. y Tony E. Siguen detenidos tanto ellos como los ocho varones acusados de “apoyar” a este grupo terrorista. Todos ellos son de nacionalidad alemana.
Werner S., Michael B., Thomas N., Tony E. y otro acusado cuyo nombre no ha facilitado formaron la célula terrorista hace medio año, en septiembre de 2019, según la Fiscalía. “El objetivo de la unión fue presuntamente golpear el orden estatal y social” de Alemania hasta, en última instancia, doblegarlo. Pensaban conseguirlo con “atentados aún sin concretar contra políticos, solicitantes de asilo y personas de fe musulmana”, informó la Fiscalía tras las redadas.
Si bien, una semana antes de su detención, se reunieron todos y el presunto líder del grupo terrorista, Werner S., había dibujado un esquema de sus próximos ataques, según el medio alemán Der Spiegel. El objetivo era atacar distintas mezquitas pequeñas mientras los fieles rezaban. Según este medio, en aquella reunión se pusieron de acuerdo en juntar 50.000 euros para financiar los atentados y designaron a dos personas para hacerse con las aramas. En una conversación pinchada que tuvo lugar unos días después, ya hablaban de diez mezquitas en diez Länder distintos de Alemania. Der Spiegel y Bild han indicado que en las redadas se incautaron granadas caseras, una pistola de 9 milímetros y una escopeta de perdigones de gran calibre conocida como slam gun.
Ya se habían reunido varias veces antes, bajo el liderazgo de Werner S., al que en algunos casos ayudaba Tony E. Además, permanecían en contacto a través de distintos grupos de chats y conversaciones telefónicas. La Fiscalía indica que los presuntos terroristas pensaban en un escenario de guerra civil. Der Spiegel concreta que los presuntos terroristas esperaban que los ataques a mezquitas provocaran respuestas violentas.
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Por su parte, los ocho presuntos cómplices se habían comprometido a “dar apoyo financiero” a la banda, así como a proporcionar armas o participar en futuros atentados.
Los detenidos estaban distribuidos prácticamente por todo el país, ubicados en seis Länder distintos: desde Baviera y Baden-Württemberg en el sur a Baja Sajonia y Sajonia Anhalt en el norte, además de Renania del Norte- Westfalia y Renania Palatinado en el oeste.
El pasado octubre ya hubo una redada contra neonazis en distintos lugares de Alemania por haber enviado hasta 23 correos electrónicos que incluían amenazas de atentados con bombas contra musulmanes y refugiados. Ese mismo mes un hombre atentó contra una sinagoga y un restaurante de kebabs en la ciudad de Halle dejando dos fallecidos.
“Primero las amenazas de bomba contra mezquitas, después las noticias sobre presuntos planes asesinos de un grupo terrorista de extrema derecha. Los últimos días dejan claro de nuevo, el odio al que están expuestos musulmanas y musulmanes”, han manifestado desde la Oficina de Antidiscriminación del Gobierno en su cuenta de Twitter. “También en nuestra consulta, tenemos conocimiento a diario de cómo se excluye y discrimina abiertamente a personas por su fe musulmana. La solidaridad debe empezar en el día a día”.