“Mi hijo no debe morir en balde. El racismo no debe destruir a ninguna otra familia”, pidió la madre de Ferhat Ünvar, Serpil Temiz, tras perder a su hijo en el atentado de Hanau.
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Ferhat tenía 22 años y hacía solo tres semanas que había terminado su formación como instalador de gas y calefacción. Pensaba crear su propia empresa. Le gustaba el hip hop y la música tecno, contó su padre al diario Bild.
“Tenía muchos amigos, su familia es muy grande, él era el hermano mayor [de cuatro hermanos]. Unía a mucha gente. Ferhat era el centro de todo, estaba ahí para todo el mundo”, le describió su primo Abdullah en la televisión regional Hessenschau. Disfrutaba de la vida, quería viajar, descubrir mundo, formar una familia.
“¡Fascismo y racismo matan en todas partes!”, denunciaba una pancarta que presidía su féretro en su funeral. Esa misma pancarta se usó en una marcha tras el atentado, en la que los manifestantes también reclamaron mayor atención mediática a las víctimas bajo el eslogan “decid su nombre”.
“Las víctimas no eran extranjeras, eran parte de nuestra sociedad”, repite estos días el alcalde de Hanau, Claus Kaminsky, en una frase que prácticamente se ha convertido en lema del Ayuntamiento.
“Las víctimas no eran extranjeras, eran parte de nuestra sociedad”
— Claus Kaminsky, alcalde de Hanau
Mercedes Kierpacz era madre de dos niños a los que criaba sola. Tras el atentado de Hanau quedan huérfanos su hijo de 16 años y su hija de 9, detalla la cadena Hessen Schau. Trabajaba en la tienda-cafetería que fue atacada junto a uno de los bares de shisha. “Amiga de la concordia” según destacó el alcalde Claus Kaminsky en su funeral, esta mujer tenía 35 años.
Gökhan Gültekin tenía 37 años y planeaba casarse. Además de albañil, trabajaba uno de los locales atacados por la noche, cuenta el periódico Süddeutsche Zeitung. A los 28 años había sobrevivido milagrosamente al atropello de un autobús.
Su padre, Behçet Gültekin, le describe como “el sensato y aplicado de la familia”. Dejó los estudios sin terminarlos, pero siempre trabajó. Ahora trabajaba en dos puestos distintos, de día y de noche, para apoyar también a su padre, enfermo de cáncer. El terrorista le mató mientras trabajaba en la ciudad donde había nacido después de que su padre migrara unos años antes desde Turquía.
Fatih Saraçoğlu tenía 34 años y hacía poco que se había mudado a Hanau desde Ratisbona (Regensburg). “Conozco bien a la familia. Su hermano es conductor de autobús aquí. Son personas muy amables y discretas. Fatih aún tenía muchos amigos aquí“, ha asegurado Salih Altuner, editor de la revista germano-turca Regensburg Haber y miembro del Consejo de Integración de la ciudad bávara. Fatih quería hacerse autónomo y llevar su propia tienda, informa la televisión bávara BR24.
“Alemania es nuestra patria. No podemos empezar una guerra ahora, debemos permanecer tranquilos”
— Ali Ünvar, primo de la víctima Ferhat Ünvar
Se conoce poco sobre las demás víctimas mortales del atentado de extrema derecha. Hamza Kurtović tenía entre 20 y 22 años, según distintas informaciones. Sedat Gürbüz tenía 30 años y era el dueño de uno de los locales atacados. Kalojan Welkow tenía 32 años. Era camarero en un bar del centro de la ciudad. Said Nessar El Hashemi tampoco sobrevivió y su hermano es uno de los supervivientes heridos graves. Viorel Paun tenía 23 años.
El terrorista mató también a su propia madre, cuyo cuerpo encontró la Policía en su casa, igual que el de él. Sobre ella únicamente se sabe que tenía 72 años.
Tres de las víctimas fallecidas eran alemanas; el resto no tenía la nacionalidad, pero su vida estaba en Alemania. 9 de las 10 víctimas mortales del terrorista Tobias R. eran de origen migrante: Turquía, el Kurdistán turco, Bulgaria, Rumanía, Polonia, Bosnia, Afganistán… El atentado ha sido calificado de racista por las autoridades, mientras que el presidente del Consejo Central de Musulmanes, Aiman Mazyek, ha pedido que también se hable de islamofobia. Entre los heridos se encuentran dos ciudadanos alemanes, dos turcos y otra persona con la doble nacionalidad afgano-germana.
Ali Ünvar, primo de Ferhat, ha llamado a la unidad y la paz en Bild: “Alemania debe permanecer unida. Nunca habríamos pensado que esto podría pasar en este país, que es nuestra patria. No podemos empezar una guerra ahora, debemos permanecer tranquilos”.