Patrick Hagelstein concede su primera entrevista a un medio de comunicación aquí, en Salam Plan, un mes después del atentado en la ciudad belga. Lucile García, policía en Lieja, era hija de inmigrantes asturianos y estaba realizando trámites para conservar la nacionalidad española.
“Lucile era una mujer extraordinaria a la que le gustaba mucho ayudar a los demás”, evoca su marido, Patrick Hagelstein en esta entrevista con Salam Plan. El día del atentado, había hablado con su mujer diez minutos antes del ataque. Más tarde, mientras trataba de localizarla, recibió la noticia de su muerte por un SMS de condolencias de un amigo.
Lucile García, “Cathy” para los amigos, es una de las tres víctimas mortales de Benjamin Herman, el ciudadano belga que cometió el atentado en Lieja (Bélgica) el pasado 29 de mayo mientras gozaba de un permiso penitenciario de dos días y después de haberse radicalizado en prisión, según la investigación en curso. Ella era policía de tráfico en esa ciudad y trabajaba en la zona del ataque con su compañera Soraya Belkacemi, que también perdió la vida, al igual que el estudiante Cyril Vangriecken.
Patrick Hagelstein no guarda «ningún rencor a la familia» de Herman, aunque reconoce sentirse aliviado por su muerte. Por otra parte, considera que el ministro de Justicia belga, Koen Geens, hizo bien en no dimitir, a pesar de que lo estuvo considerando: “El ministro no es responsable de las condiciones de los permisos penitenciarios, aprobados por otros gobiernos”. Pronto se reunirá con él, a petición del ministro. Le hablará de sus ideas para mejorar el sistema, aunque en esta entrevista con Salam Plan ya da alguna pista.
“Lucile era una mujer extraordinaria a la que le gustaba mucho ayudar. Tras perder a un hijo en un accidente de tráfico, era voluntaria en una asociación para ayudar a los padres en los momentos más difíciles”
Patrick adoraba la faceta luchadora de Lucile. Ella fue una de los policías que, después de los atentados de Bruselas en 2016, luchó para que agentes como ella también pudieran llevar armas de fuego, algo que actualmente es así.
Hace diez años, Lucile perdió a uno de sus gemelos, Alex, en un accidente de tráfico. Desde entonces, era voluntaria en una asociación de víctimas de tráfico en Lieja. Lo hacía para “ayudar a los padres en los momentos más difíciles y escucharles”, explica su marido.
Lucile era hija de una pareja de la localidad asturiana de Carrión y le encantaba volver a España de vez en cuando, especialmente a Asturias. Guardaba muy buenos recuerdos de allí por los veranos de infancia con sus primos y contagió a su marido el amor por el norte de España y el modo de vida.
Patrick Hagelstein, también agente de policía, ha querido expresarse por primera vez en los medios con esta entrevista en Salam Plan, un proyecto de periodismo contra el odio en Europa. Ha respondido por escrito a varios correos electrónicos y ha enviado a Salam Plan una copia de su carnet de identidad para verificar que era él quien hablaba.
Habla de su esposa, del día del atentado, y también sobre el terrorismo en Bélgica y la islamofobia. Y está seguro de que Lucile, “Cathy”, compartiría sus opiniones.
LUCILE “CATHY”, LISTA PARA AYUDAR
¿Cómo era Lucile? ¿Qué era lo que más le gustaba de ella?
Lucile era una mujer extraordinaria, curiosa, a la que siempre le gustaba descubrir nuevas cosas, sonriente, y le gustaba mucho ayudar a los demás… ya fuera para dar un consejo o simplemente escuchar.
Además, tenía un carácter luchador, sobre todo cuando era más joven, y le encantaban los viajes en moto. Fue mi copiloto en ralis durante muchos años.
«Lo que más me gustaba de ella, era que cuando se le metía una idea en la cabeza, siempre lo conseguía. Juntos compartíamos muchas cosas: la moto, el rali de coches, viajar… Íbamos habitualmente a España. Allí la gente parece aprovechar más la vida»
Lo que más me gustaba de ella, era que cuando se le metía una idea en la cabeza (fuera un proyecto, un objetivo…) siempre lo conseguía.
Juntos compartíamos muchas cosas: la moto, el rali de coches (aunque dejó de ser mi copiloto hace dos años), viajar (escapadas de fin de semana a Normandía o París, pero también más lejos, como Roma o Madrid).
Cuando falleció, apenas trascendió que su mujer era de origen español.
Nació en Francia el 1 de enero de 1964, donde su padre tenía trabajo por aquella época. Pero se crio en Bélgica. Sus padres encontraron un empleo mejor en la región de Lieja, en el sector del acero. Son originarios de Castrillón.
Ella había comenzado los trámites para conservar la doble nacionalidad, así que era titular de un pasaporte español. Estaba muy unida a su país de origen, sobre todo a Asturias.
A Lucile siempre le encantó Asturias, porque cada año pasaba las vacaciones en casa de sus primos y me contó decenas de anécdotas sobre aquellos momentos de infancia en los que se sentía la más feliz del mundo.
¿Viajaba mucho a España?
Íbamos habitualmente a España, a menudo al norte: al País Vasco, donde nos enamoramos de la ciudad de San Sebastián; a Cantabria, donde descubrimos lugares magníficos o Galicia, donde fuimos tres veces y dos de ellas en moto. Además, de Asturias, claro.
Nuestra última estancia en España fue en Navidades, en la casa de unos amigos en Oropesa del Mar.
«Lucile había comenzado los trámites para conservar la doble nacionalidad, tenía pasaporte español. Estaba muy unida a su país de origen, sobre todo a Asturias»
¿Qué era lo que más le gustaba de España, además de Asturias?
Lo que más le gustaba (y a mi también) era el modo de vida. Todo el mundo va al bar a tomar un aperitivo, la gente come fuera de su casa muy a menudo… la gente parece aprovechar más la vida que aquí.
¿Cuál era la labor de Lucile en la asociación de víctimas de tráfico?
Hace diez años perdió a un hijo (el que queda se llama Boris y tiene actualmente 31 años). Su hijo Axel se mató en un accidente de coche en la periferia de Lieja. Eso rompió la vida de Lucile, es anormal enterrar a uno de tus hijos.
Desde entonces, militaba por una mejor atención a las víctimas de accidentes de tráfico y a sus allegados. Era la “persona de contacto” en la región de Lieja para la asociación PEVR, de padres que habían perdido a sus hijos en la carretera. Este trabajo consistía en ayudar a los padres en los momentos más difíciles, escuchar a aquellos que quedan tras el fallecimiento de un hijo.
Por el mismo motivo, se implicó en la Policía en el departamento de “circulación”. Trabajó ocho años en Bruselas.
¿Se conocieron trabajando en la Policía?
Nos conocimos hace ahora 21 años. Vivíamos en el mismo pueblo y su pareja de aquella época era mi médico de familia… Acabó naciendo una relación, difícil al principio: ella seguía teniendo a sus gemelos en casa y yo era igualmente padre de tres niños. Decidimos vivir juntos en 2003 y el 24 de abril de 2004 nos casamos.
EL DÍA DEL ATENTADO, UN SMS DE CONDOLENCIAS LE DIO LA NOTICIA
¿Estaba trabajando usted el día del ataque? ¿Cómo vivió aquel día?
Estaba en Lieja, impartiendo un curso en la Escuela de la Policía, así que no estaba de servicio. Recibí la información [sobre el ataque] en mi móvil [por una aplicación de un medio de comunicación] y enseguida me preocupé, porque el atentado había sido cerca de donde estaba Lucile cuando la tuve por última vez al teléfono, a las 10:20 h.
El atentado había sucedido a las 10:30 h, pero no recibí esa información hasta una hora más tarde, aproximadamente. Concluí la clase e intenté encontrarla, a ella y a su compañera Soraya, por teléfono, sin éxito. Me dije a mí mismo que sin duda estarían ocupadas estableciendo el perímetro de seguridad con sus compañeros.
Sobre las 11:45 recibí un SMS de condolencias de un amigo que me decía “haberse enterado de lo de Cathy”… Inmediatamente llamé por teléfono al jefe de servicio de mi mujer, que entonces me dio la horrible noticia.
«Recibí un SMS de condolencias de un amigo que me decía “haberse enterado de lo de Cathy”… Inmediatamente llamé por teléfono al jefe de servicio de mi mujer, que entonces me dio la horrible noticia»
Estaba a diez minutos en moto del lugar de los hechos, así que me dirigí directamente allí, donde me encontré con el marido de Soraya. Él estaba de servicio y había llegado al lugar 5 minutos después del drama. No tenía su teléfono consigo y no sabía mi número de memoria, por lo que no me pudo avisar.
Nos quedamos largas horas allí antes de tener derecho a acercarnos a los cuerpos (cubiertos) y tener la oportunidad de tocar un brazo o una mano de nuestras esposas. Sigue siendo profundamente doloroso evocar este momento.
¿Cómo está usted ahora? ¿Y la familia?
Desde el atentado, es muy complicado vivir la ausencia de Lucile. Se me hace difícil darme cuenta de que no volverá nunca más… Intento estar ocupado al máximo, eso evita que piense demasiado.
Su hijo Boris es papá de una jovencita de 11 años, Lana, a la que sigo viendo regularmente. Nos iremos juntos de vacaciones, ella y yo, una semana en compañía de una pareja amiga y su hijo. Ella me considera como su abuelo, y yo a ella como mi nieta. Es una niña adorable.
En cuanto a Boris, puedo decir que su madre se ocupaba mucho de él, aunque no viviera con nosotros. Ahora su padre se ocupa de él.
Por mi parte, mi hijo Simon me dio también hace poco (el 13 de abril) una nieta llamada Alice. ¡Lucile estaba loca por ella! Ya planeaba irnos de vacaciones llevándonos a la pequeña con nosotros.
¿Qué piensa usted de Benjamin Herman, el terrorista que mató a su mujer y otras dos personas?
Pienso que es bueno que fuera abatido por mis compañeros. Eso me evitará tener que cruzarme algún día con su mirada. Pero no guardo ningún rencor a su familia, sus padres… que deben de estar hundidos con lo que ha pasado.
«No guardo ningún rencor a la familia del terrorista, Benjamin Herman. Sus padres deben de estar hundidos»
En Bélgica hubo voces que pidieron la dimisión del ministro de Justicia, Koen Geens, por considerarle responsable del permiso penitenciario del que estaba disfrutando Herman. Él mismo admitió planteárselo. ¿Cree que debería haber renunciado a su cargo?
Personalmente, yo no veía la utilidad, más allá de debilitar al Gobierno. Encuentro más productivo intentar encontrar soluciones para evitar que un drama similar se reproduzca. Reclamar la dimisión del ministro solo sirve a modo simbólico, pero no lleva a nada concreto. Debo reunirme con él próximamente, a petición suya, [y] prefiero abordar pistas para una solución con él.
Encuentro que el ministro no es responsable de las condiciones de los permisos penitenciarios, ya que estas reglas las establecieron los gobiernos precedentes.
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¿Cree que el sistema de estos permisos debería ser revisado?
Efectivamente, es difícilmente aceptable de dejar de permiso penitenciario a alguien que ha creado problemas en cada salida y del que se conoce su radicalización…
Cuando un detenido tiene que ir al dentista, le acompañan dos agentes penitenciarios… Cuando se soltó a Herman para ir, supuestamente, a presentarse a un empleador potencial para su próxima libertad condicional, se le dejó irse completamente solo, sin ningún medio de vigilancia… Ahí hay cosas que mejorar, siempre manteniendo la posibilidad a los detenidos de reinsertarse en la sociedad.
TERRORISMO EN BÉLGICA
Bélgica es, proporcionalmente, el país del que más “combatientes extranjeros” han salido a Siria o Irak para unirse allí al Daesh. ¿Qué se ha hecho mal en Bélgica para obtener este resultado? ¿Qué se debería hacer para cambiar la situación?
Daesh pudo reclutar fácilmente en Bélgica porque nuestro país vivía un poco demasiado en el angelismo y no empleaba suficientes medios a este respecto (información, seguridad del Estado, etc). Está claro que después de los atentados de Bruselas, las cosas han evolucionado en la buena dirección.
Daesh pudo reclutar fácilmente en Bélgica porque nuestro país vivía un poco demasiado en el angelismo y no empleaba suficientes medios contra el terrorismo. Después de los atentados de Bruselas, las cosas han evolucionado en la buena dirección
A nivel judicial, cuando alguien es condenado por hechos de preparación o participación en actos terroristas, si es posible, se le retira la nacionalidad belga y se le devuelve a su país de origen. Es una buena solución.
Los yihadistas belgas que partieron a combatir en Irak con Daesh y que ahora están condenados a muerte en Irak, quieren volver aquí para purgar la pena, y escapar de la condena a muerte, claro. Personalmente, no estoy a favor de su regreso, aunque esté contra la pena de muerte. Elijieron un camino (la ‘yihad’) con conocimiento de causa y ahora deben asumirlo.
>>> También puedes leer: El verdadero significado de ‘yihad’ y cómo los terroristas lo incumplen punto por punto<<<
Supongo que Lucile y usted hablaron sobre los otros atentados en Bélgica, España o en otros lugares. ¿Qué decía ella sobre los atentados?
Desde luego Lucile y yo hablamos muy a menudo sobre los atentados, fueran en Francia, España o los de Bruselas.
Hasta hace poco, los agentes de policía como Lucile no iban armados con un arma de fuego. Ella había militado por este cambio durante largos meses (estaba en Bruselas en aquella época), escribiendo a todas partes para hacer que las cosas se movieran. Hablábamos mucho sobre la seguridad del personal, porque yo mismo soy profesor de tiro en la Policía, así que conozco bastante bien la problemática.
«Hablábamos mucho sobre la seguridad del personal, porque hasta hace poco los agentes como Lucile no podían portar un arma de fuego y yo soy instructor de tiro en la Policía»
¿Tenían miedo de que pudiera pasar en Bélgica y afectarles directamente?
Éramos conscientes de que un hecho parecido podía ocurrir incluso en Lieja. De hecho, hace unos años un hombre disparó a la multitud y lanzó granadas desde el tejado de un restaurante de comida rápida en pleno centro de Lieja, matando e hiriendo a varias personas.
LA NECESIDAD DE UNA SOLUCIÓN PARA CONVIVIR PACÍFICAMENTE
¿Qué piensa usted sobre las opiniones de los políticos que hacen responsables de los atentados a los musulmanes y los inmigrantes?
La política belga no hace responsables ni a los musulmanes ni a los inmigrantes. Algunos partidos sin ningún poder (vista la poca voz obtenida en las elecciones) parecen tener propósitos más populistas.
Tampoco hay que negar que por cada atentado reivindicado por el EI, los autores se reivindican musulmanes (como el que mató a mi mujer). Ahí está la clave del problema: esta gente que comete atentados son prácticamente siempre MALOS musulmanes que no respetan los principios del islam [en su vida cotidiana] pero se reivindican del islam. Avergüenzan a los musulmanes que viven su religión pacíficamente, sin perjudicar a nadie.
Tengo varios amigos, de los cuales dos son muy buenos amigos, que son musulmanes… pero pacíficos. Respeto toda religión, no tengo ninguna preocupación con la religión.
«Los terroristas que se reivindican del islam avergüenzan a los musulmanes que viven su religión pacíficamente, sin perjudicar a nadie»
¿Hay problemas de convivencia en Lieja entre las distintas religiones o culturas?
En Lieja, como en otras grandes ciudades, la convivencia a veces es complicada, sí… pero aquellos que crean los problemas son los jóvenes de la tercera o cuarta generación… Sus abuelos vivían pacíficamente entre nosotros. Los mismos problemas ocurren en barrios de grandes ciudades francesas (París, Marsella, Lyon…).
Comienza a haber también cada vez más terroristas de extrema derecha contra los musulmanes en Europa. ¿Cómo cree que se desarrollará eso?
El islam y los musulmanes son cada vez más numerosos en Europa, es un hecho. De ahí a pensar que quieren “conquistar” Europa, creo que tampoco hace falta exagerar…
La extrema derecha se está reforzando, efectivamente. La política migratoria no controlada (¡¡todas las noches en las autopistas de mi sector vemos migrantes!!) supone un problema y refuerza a la derecha, aquí y en otros lugares. Creo que es un problema que hay que arreglar urgentemente.
«La política migratoria no controlada supone un problema y refuerza a la derecha. Creo que es un problema que hay que arreglar urgentemente»
Ciertas iniciativas desafortunadas llevadas a cabo por los gobiernos precedentes, como renombrar las vacaciones para evitar ofender a los musulmanes. Las vacaciones de Semana Santa se han convertido en las vacaciones de primavera y las de Navidades en las de invierno.
Se autoriza a los niños que hacen el Ramadán a faltar a la escuela (aunque haya un examen) el día de la fiesta del fin del Ramadán, etcétera. Se da la sensación de que somos nosotros los que nos adaptamos a los otros más que a la inversa. Todas estas iniciativas refuerzan a la derecha.
>>> También puedes leer: Así viven el Ramadán los musulmanes de Europa: ayunar es (casi) lo de menos <<<
¿Qué cree que diría Lucile sobre todo esto si estuviera aquí?
Si Lucile siguiera aquí, tendría el mismo discurso que yo. Estábamos muy próximos políticamente hablando. Tolerantes, pero no ingenuos.
Somos una tierra de acogida, pero tenemos nuestros límites… No podemos tomar todas las miserias del mundo sobre nuestras espaldas. Los inmigrantes que vivan aquí regularmente deben adaptarse a nuestro modo de vida y nosotros debemos respetar su religión mientras no perturbe nuestra vida.
«Hace falta trabajar para que las diferentes religiones puedan convivir pacíficamente tanto en nuestro país como en el extranjero»
Ha hablado de la tercera y cuarta generación de inmigrantes. ¿No son ellos ya parte de la “tierra de acogida” y “nuestro modo de vida”? ¿Falta -a lo mejor- encontrar buenas soluciones para una convivencia de las distintas religiones entre los diferentes europeos de manera que nadie “perturbe” al otro?
Para responder a su pregunta, es necesario constatar una reactivación de la retirada por parte de una parte de la población (belga según la ley; tercera generación = belga automáticamente al nacer) de origen inmigrante.
Así, hoy en día nos encontramos con muchas chicas musulmanas, a veces muy jóvenes, que llevar el velo, mientras que hace 20 años jamás una chica lo habría llevado. Igualmente, ciertos jóvenes de origen inmigrante tienen una actitud hostil frente a los belgas o a las autoridades (a veces incluso los bomberos o las ambulancias).
También se ha constatado que en muchas mezquitas los discursos de los imanes eran de naturaleza radicalizante. La autoridad belga ahora se interesa mucho más por lo que pasa en las mezquitas.
Efectivamente, hace falta trabajar para que las diferentes religiones puedan convivir pacíficamente tanto en nuestro país como en el extranjero.
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