Desde un historiador, a un psiquiatra, pasando por varios diplomáticos y mediadores, una abogada, un filosófo y un rabino… Éstas son las figuras cuyas enseñanzas y experiencia pueden contribuir a un diálogo constructivo en busca de la paz en el conflicto israelí-palestino, según los expertos consultados por Salam Plan.
Ilan Pappé, historiador israelí crítico
Es uno de los nombres que más resuenan a la hora de estudiar el conflicto palestino-israelí. Ilan Pappé es un historiador judío israelí, que trata de remover conciencias con sus investigaciones y obras. Fundó y dirigió un Instituto de Investigación para la Paz israelí en los años 90 del pasado siglo. Actualmente es profesor de Historia en la Universidad de Exeter (Reino Unido), donde también dirige un proyecto de investigación que ha denominado Centro Europeo para Estudios Palestinos. Es uno de los pensadores más solicitados en el mundo occidental en cuestiones relacionadas con el conflicto entre israelíes y palestinos.
Lo recomienda Haizam Amirah Fernández, investigador principal del centro de pensamiento Real Instituto Elcano. Especializado en relaciones internacionales, el islam político y los procesos de transición hacia la democracia en el mundo árabe, el primer nombre que recomienda es Ilan Pappé, “por su enfoque y estudios sobre la Historia y orígenes del conflicto”.
Amirah Fernández también menciona a otro historiador, israelí-británico: Avi Shlaim, profesor emérito de Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford.
Pappé ha publicado numerosas obras. Entre las traducidas al español, se encuentran Los diez mitos de Israel (Ed. Akal), La Limpieza Étnica de Palestina (Ed. Memoria Crítica) o Los Palestinos Olvidados: Historia de los Palestinos de Israel (Ed. Akal). Sus obras, muy críticas con la ocupación israelí, hacen que incluso en las legaciones diplomáticas palestinas regalen alguna de ellas. Shlaim ha publicado El Muro de Hierro: Israel y el Mundo Árabe (Almed Ediciones).
Daniel Levy, exmediador israelí en busca de una solución “digna y aceptable” para ambas partes
Daniel Levy es politólogo y diplomático israelí. Estuvo en el equipo negociador israelí de los primeros ministros Ehud Barak e Isaac Rabin. Actualmente preside el US-Middle East Project, cuyo objetivo se centra en encontrar una solución “digna y aceptable” para ambas partes del conflicto.
Levy es otra de las voces que destaca Amirah Fernández. El investigador considera interesantes las ideas de Daniel Levy, porque “cuestiona el mainstream y algunos de los supuestos”. Por ejemplo, se ha mostrado reacio a los denominados Acuerdos de Abraham, los que Israel firmó el año pasado con Emiratos Árabes Unidos. Así, Emiratos se convirtió en el tercer país árabe en reconocer al Estado de Israel. Levy cree que más que no contribuye al avance hacia la paz, como se ha transmitido públicamente, sino a la normalización de la situación actual del conflicto.
Amirah Fernández explica asimismo, que Daniel Levy rechaza la política de territorios a cambio de paz, “la fórmula usada desde 1991 en la Conferencia de Paz en Madrid”, pues no se traduce en “paz por paz”, sino en segregación racial.
Bernardino León, diplomático español con experiencia mediadora
María Dolores Algora es investigadora del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria y especialista en el mundo árabe e islámico. “Lo que hay que buscar son buenos gestores”, opina. Aunque le vienen muchos intelectuales a la cabeza, ella propone los nombres de dos diplomáticos, porque se han mostrado “a favor del diálogo y, sobre todo, por su experiencia”.
Uno de estos diplomáticos es el español Bernardino León, que “conoce muy bien la situación”, en opinión de Algora. Fue jefe de gabinete y portavoz de Miguel Ángel Moratinos cuando éste fue Representante Especial de la UE para el Proceso de Paz en Oriente Próximo. León fue también enviado especial de la Unión Europea para el Mediterráneo Sur y enviado de la ONU para mediar en Libia. Actualmente dirige la escuela diplomática de Emiratos Árabes Unidos, un puesto que en su momento causó polémica porque se lo ofreció una de las partes implicadas en el conflicto libio.
Riyad al- Maliki, ministro de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina
Riyad al- Maliki es el otro diplomático que la profesora Algora considera “un buen gestor, una persona ya muy ducha”. En su opinión, la mejor forma de abordar el conflicto y poder “resolverlo” realmente es “con gente que ya tenga experiencia”.
Al Maliki, actual responsable de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, pidió a España el reconocimiento del Estado palestino en su última visita en 2017, como parte de la solución de los dos Estados que promueve Naciones Unidas. En su opinión, ello “contribuiría de forma positiva a la paz, la seguridad y la prosperidad en la región”, dijo entonces. En realidad, tres años antes, el Parlamento Europeo ya había apoyado el reconocimiento del Estado palestino y el apoyo a la solución de los dos Estados, pero esos votos no se han traducido en un reconocimiento oficial de la Unión Europea. España se mostró favorable a la petición de Al Maliki, pero respondió que prefería esperar a una posición común oficial de la UE.
El político palestino estuvo en el centro de las negociaciones para el “plan del siglo” que había prometido Donald Trump para el conflicto el mismo año que visitó España. En 2017, la ANP tuvieron numerosas reuniones, pero desde la declaración de EEUU de Jerusalén como capital de Israel, los contactos se congelaron. “No habrá paz sin poner fin a la ocupación israelí”, dijo recientemente ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Iain McGilchrist, investigador del cerebro dialogante
John Bell fue diplomático de Canadá y Naciones Unidas. Actualmente dirige The Conciliators Guild, una “organización de conciliadores” desde Londres. Fue mediador en el conflicto palestino-israelí y participó en un proyecto para coordinar la gestión de la Ciudad Vieja de Jerusalén entre las distintas religiones que consideran sagrados distintos lugares allí, entre judíos, cristianos y musulmanes.
Avisa de que su propuesta resultará “rara, pero creo que es realmente importante”. Recomienda al psiquiatra e intelectual Iain McGilchrist. “Está investigando algo totalmente esencial sobre cómo funcionan nuestros cerebros: un lado de nuestro cerebro es altamente negado para el diálogo, y el otro lado es muy bueno para dialogar. El problema está en que usamos la mente errónea, la izquierda”, explica Bell, de acuerdo con la teoría de McGilchrist. “Debemos intercambiar los dos lados de la mente, y es factible, porque tenemos la otra mente, pero no la usamos de forma apropiada”, añade.
McGilchrist lo describe en el libro The master and his emissary (El maestro y el emisario), donde une su investigación sobre “el cerebro dividido y la construcción del mundo occidental”, como reza el subtítulo de la obra. El libro únicamente está editado en inglés, por Yale University Press. Su autor publicará otro libro en otoño, avisa Bell.
Noura Erakat, abogada de derechos humanos y activista palestina
Noura Erakat pertenece a una “nueva generación de pensadores palestinos formados en el extranjero, comprometidos con la denuncia de las causas que están en el origen del conflicto”, señala Haizam Amirah Fernández, del Real Instituto Elcano. Erakat, estadounidense de origen palestino, es la única mujer en esta lista de voces recomendadas por los expertos consultados.
Es abogada especializada en Derechos Humanos, activista y profesora adjunta en la Universidad Rutgers. Actualmente es también investigadora visitante en la Iniciativa Religión, Conflicto y Paz de la Facultad de Teología de Harvard. Fue asesora legal en el Capitolio y los medios estadounidenses – desde la CNN hasta Fox News- han recurrido a ella en numerosas ocasiones como comentarista.
Martin Buber, filósofo por el diálogo y “una tierra para dos pueblos”
Roberto Navarrete es profesor en la facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y director del nuevo grado de Ciencias de las Religiones que estrena la misma institución. Recomienda leer a Martin Buber, un filósofo austríaco- alemán y judío nacido a finales del siglo XIX, que apostaba por el diálogo. Navarrete apunta que, aunque se le suele definir como sionista, no lo es en el sentido como se entiende actualmente el término. “Su sionismo no era un sionismo político o como el que ha triunfado, sino más bien cultural”, defiende.
El profesor explica que Buber pertenecía al movimiento Brit Shalom, que significa Alianza por la Paz, y abogaban precisamente por un pacto pacífico. Antes de la creación del Estado de Israel, hablaba del “retorno a Palestina, como lo llamaban ellos, como medio a las aspiraciones mesiánicas, es decir: religiosas”. Abogó por la creación de un Estado binacional con coexistencia pacífica. Se le enmarca dentro de una corriente denominada “pensamiento dialógico” y su obra más destacada se titula Una tierra para dos pueblos (Ed. Sígueme).
Buber aceptó el Estado de Israel como suyo, “la forma de la comunidad judía que surgió de la guerra”, como lo definió en un discurso en 1958, diez años después de su creación. “Pero nunca dejó de pensar el sionismo como ‘la renovación del asentamiento judío’ en lo que denominó la ‘Tierra de Israel-Palestina’”, defiende Navarrete. Perteneció al Ijud, un partido político heredero de Brit Shalom, que formó parte de la Liga a favor del Acercamiento y Cooperación Judeo-Árabe. Buber falleció en 1965, dos años antes de la Guerra de los Seis Días, que llevaría a una ocupación israelí de territorios que no está reconocida por Naciones Unidas.
Jonathan Sacks, rabino y defensor de la fraternidad humana
Victoria Martín es presidenta del Foro Abraham, una iniciativa para el diálogo interreligioso e intercultural en Europa, en la que trabajan conjuntamente judíos, musulmanes y cristianos. Martín aconseja seguir las palabras del rabino británico Jonathan Sacks, fallecido recientemente.
Fue Gran Rabino de las Congregaciones Hebreas Unidas de la Commonwealth durante 22 años, un filósofo y erudito que enseñó en distintas universidades y una figura escuchada en el Parlamento británico. El Príncipe de Gales lo definió como “una luz para esta nación” y ex primer ministro británico Tony Blair, como “un gigante intelectual”.
Martín destaca la siguiente frase del rabino Jonathan Sacks, en la búsqueda de un diálogo constructivo: “Solo si estamos dispuestos a escuchar la voz del otro, encontraremos que, bajo la piel, somos hermanos y hermanas, miembros de la familia humana bajo la paternidad de Dios. Cuando los otros se vuelven hermanos y el conflicto se convierte en reconciliación, hemos comenzado el viaje a una sociedad como una familia y el drama de la redención puede comenzar”.
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