“Nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco. Estas ideologías siniestras deben ser derrotadas”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado en una comparecencia pública desde la Casa Blanca después del atentado del sábado en El Paso (Texas). Las críticas desde la oposición demócrata se suceden desde la matanza por la que han fallecido 22 personas.
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“No hay sitio para el odio en Estados Unidos”, ha asegurado Trump. “El odio distorsiona la mente, infesta el corazón y devora el alma”. Ha añadido que la matanza en la localidad texana así como el tiroteo poco después en la localidad de Dayton (Ohio) son «un crimen contra la humanidad».
“Las enfermedades mentales y el odio aprietan el gatillo, no la pistola”, ha asegurado en un discurso en el que ha abogado por cambios legislativos que aborden la salud mental, un argumento que enfrenta a defensores y detractores de un mayor control de armas para uso civil en Estados Unidos.
Ha propuesto colaborar con empresas de redes sociales para «desarrollar herramientas que detecten» a autores de tiroteos masivos antes de que ataquen y ha pedido que «cese la glorificación de la violencia en nuestra sociedad», lo que a su modo de ver incluye videojuegos.
Previamente, Trump había tuiteado que los republicanos y demócratas se unieran para aprobar una ley sobre seguridad armamentística, “quizá uniendo esta legislación a la reforma migratoria que se necesita desesperadamente”. Sin embargo, no repitió esta idea durante su discurso, destaca The New York Times. Los presuntos autores de ambos tiroteos -el de El Paso está detenido; el otro, murió- eran ciudadanos estadounidenses.
Patrick Crusius publicó en internet un manifiesto contra una supuesta «invasión mexicana» pocos minutos antes de emprenderla a tiros el sábado pasado en un gran establecimiento de esa localidad. Actualmente son 22 los fallecidos, después de que dos heridos también hayan perdido la vida, según han comunicado las autoridades. 8 de las víctimas mortales son mexicanas.
Los demócratas ya habían criticado al presidente antes de este discurso. “El abierto racismo de este presidente es una invitación a la violencia”, ha tuiteado Beto O’Rourke, candidato en las actuales primarias demócratas y congresista de El Paso. Ha recordado el discurso que dio el actual presidente de Estados Unidos cuando presentó su candidatura a las primarias republicanas en 2015. En aquel primer acto público como político por ejemplo, Trump dijo que los inmigrantes mexicanos «traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas».
This president’s open racism is an invitation to violence. The writing has been on the wall since his maiden speech coming down that escalator calling immigrants «rapists and criminals.» The actions that follow cannot surprise us. pic.twitter.com/jSBbAQROF0
— Beto O’Rourke (@BetoORourke) August 5, 2019
El muro con México es una de las principales medidas que prometió desde el principio y que continúa muy presente en su discurso y políticas actuales, donde las ONG que trabajan en la frontera de Estados Unidos denuncian desde hace meses la separación de los menores de sus familias.
“Tenemos un presidente que demoniza activamente a las minorías raciales y religiosas, que mima a nazis y a miembros del Ku Klux Klan, y que empuña el supremacismo blanco como arma política”, ha criticado Bernie Sanders, de nuevo candidato para las primarias del partido demócrata tras quedar segundo en las que ganó Hillary Clinton antes de enfrentarse a Trump en la carrera por la Casa Blanca.
En el tiroteo de Dayton (Ohio) hubo 9 víctimas mortales, incluida la hermana del autor, abatido por la policía. Las autoridades en principio descartan motivaciones racistas pero siguen tratando de aclarar qué pudo llevar a Connor Betts a matar.
Tras su discurso de este lunes, la petición para que Trump dimita bajo la consigna #TrumpResignNow se ha convertido en tendencia en todo Estados Unidos.