«Nunca puede ser normal una agresión, bien sea verbal o física», ha subrayado este viernes Francisco Andrés, inspector de la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía de Madrid. La «infradenuncia» de situaciones de discriminación contra minorías preocupa al cuerpo.
En 2018, la Policía municipal recogió la denuncia de 285 hechos discriminatorios y abrió 141 expedientes al respecto, ha indicado en la presentación de la campaña «Tacha el Odio» para la promoción de la convivencia en medios y redes sociales. En 2017 fueron 220 los hechos intolerantes o delitos de odio que se pusieron en su conocimiento, de los cuales se abrieron 88 expedientes.
La Policía y el Ayuntamiento consideran que son unos datos bajos que no se correponden con la realidad. Por ello piden a la ciudadanía que denuncie; y no solo si eres víctima, sino también si eres testigo. Mauricio Valiente, impulsor del denominado «Plan de Derechos Humanos» municipal y tercer teniente de alcaldía, ha pedido «no mirar a otro lado» ni permanecer «indiferente» ante situaciones de discriminación.
«Nunca puede ser normal una agresión, bien sea verbal o física»
— Francisco Andrés, Policía de Madrid
Andrés achaca la «infradenuncia» a una «normalización de la agresión», por lo que las víctimas entienden que lo que les sucede es lo habitual. «Los colectivos ven normal ser atacados. Eso no es así», ha afirmado el Andrés.
El subinspector reconoce que también se debe a una «falta de confianza» en la Policía que provoca en su opinión una «infradenuncia» de presuntos delitos de odio. «Estamos ante unos colectivos que tienen difícil acceso a la policía. No tenemos todos los datos que conforman todos los ataques que se están produciendo», ha lamentado.
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El desfase entre los hechos denunciados y los que finalmente pasan a ser un atestado reside en las múltiples leyes existentes y el «principio de intevención mínima del derecho penal», ha explicado Andrés. Pero ha enfatizado que conviene poner en conocimiento de la Policía cualquier agresión, por pequeña que pueda parecer. Entre otras cosas, servirá para poder orientar las políticas públicas a las necesidades de la ciudadanía, ha defendido. «Si nosotros atajamos el pequeño hecho, nos va a ser mucho más fácil el hecho más grande o llamativo», ha dicho.
La Unidad de Gestión de la Diversidad se formó en 2016 en la capital y actualmente está compuesta por 30 agentes. Atienden todos los casos que puedan constituir delitos de odio o derivar en ellos. Para ello están en contacto con asociaciones civiles que representan a minorías religiosas, étnicas, del colectivo LGTB o con discapacidad, de acuerdo con las minorías vulnerables establecidas en el Código Penal.