Un ‘presidente autonómico’ del partido liberal FDP ascendió al cargo esta semana gracias a los votos a favor de los cristianodemócratas de Angela Merkel y a los de Alternativa para Alemania, el Vox germano. En un país acostumbrado a un cordón sanitario frente a los partidos de ultraderecha, la canciller Angela Merkel tachó de «imperdonable» esta forma de obtener la presidencia y pidió nuevas elecciones regionales.
El recién estrenado presidente del Land de Turingia, Thomas Kemmerich, se ha visto obligado a recular en tiempo récord. Tras aceptar el bastón de mando el miércoles, este jueves aseguró ante los medios que su dimisión era irremediable, informan los medios germanos. También el líder de los liberales a nivel nacional, Christian Lindner, ha puesto su cargo a disposición del partido y este viernes se tomará una decisión.
El escándalo ha sido tal en Alemania, que Merkel ha intervenido en la crisis política desde Sudáfrica, donde se encuentra de visita oficial. Este jueves reclamó que se diera marcha atrás en el proceso de elección de Kemmerich, que le parece inaceptable. Aseguró que tanto ella como su partido, los cristianodemócratas de la CDU, están de acuerdo en que no se puede obtener una mayoría con el voto de Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán). Advirtió de que el nuevo presidente del Land de Turingia no disfrutaría de una mayoría parlamentaria, pues no podría contar con el apoyo de la CDU al mismo tiempo que el de la AfD.
Merkel afirmó que era “un mal día para la democracia” y, a preguntas de la prensa, confirmó que para ella “es una opción [ir a] nuevas elecciones”.
Además del revuelo causado en la escena política a nivel nacional y haber provocado numerosos análisis en los medios de comunicación, también hubo manifestaciones en algunas ciudades -también fuera del Land de Turingia– contra esta llegada de Kemmerich al poder, informa Der Spiegel.
El miércoles Kemmerich había sido votado presidente regional fuera de todo pronóstico, con los votos a favor de CDU y AfD, además de los de su propio partido. Esto le concedió un único voto de ventaja sobre quien ostentara el cargo anteriormente, Bodo Ramelow, de Die Linke (La Izquierda).
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