Musa recorrió media África y casi media Europa antes de ir a parar a la Residencia de Primera Acogida de Hortaleza en Madrid hace tan solo tres días.
Este chico de 16 años habla con una voz tan tenue que la periodista tiene que acercar su oído para discernir bien sus palabras del viento y los coches que pasan junto al centro de menores. Ayer miércoles, este centro fue atacado con una granada de mano con baja carga y que no hizo explosión. La Policía retiró a los niños acogidos aquí a una zona segura de las instalaciones antes de detonar el explosivo de forma segura.
Esta mañana de jueves el ambiente es tranquilo fuera de los muros. Los chavales salen delante de la puerta como en cualquier instituto a relajarse un rato, fumar un cigarrillo y escuchar música. Otro bebe leche desnatada a su vuelta de un paseo. La mayoría no quiere hablar con los medios de comunicación. A Musa no le importa hablar un poco.
Cuenta a Salam Plan que hace “unos meses” partió de Costa de Marfil con la intención de llegar a Europa. Atravesó medio continente africano para llegar hasta Libia. Allí atravesó el Mediterráneo y recaló en Italia, después Francia para finalmente llegar a España. Era el destino que quería. No entra en detalles, pero asegura que “no ha sido fácil” pasar por toda esta experiencia. “Quería venir a España, porque me gusta mucho”.
Habla poco, bajito. Lo hace en francés y dice que su primera meta ahora es aprender español y le gustaría ir al colegio. Asegura que se encuentra “bien” tras el susto de la granada. Tras hablar con Salam Plan, se va a dar una vuelta por el barrio. Solo, observando el entorno de su nueva parada en el país que espera que le acoja. La Ley -en teoría- le protege a él y a sus compañeros mientras son niños; al llegar a la mayoría de edad quedan en un limbo de desprotección que han denunciado las ONG en el pasado.
Mientras, continúa la investigación sobre el ataque frustrado con granada. Todas las hipótesis continúan abiertas, indican a este medio desde la Jefatura Superior de Policía de Madrid sin concretar ninguna. Una trabajadora admite a la entrada del centro que lo sucedido es grave, pero ella y otros trabajadores no quieren hablar más con Salam Plan. Aseguran que no les está permitido. El centro rechaza una petición de entrevista y deriva a la Comunidad de Madrid, responsable último de esta Residencia de Primera Acogida de Hortaleza para niños en situación vulnerable.