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¿Cómo son realmente los musulmanes catalanes? Éstas son (algunas de) sus voces

Ramia, Zouhair, Abdeslam, Jordi y Hamida son musulmanes catalanes. Collage SalamPlan

Hamida, Jordi, Ramia, Abdeslam, Zouhair… son ciudadanos catalanes. Además, son musulmanes. Frente a los dedos acusadores, quieren mostrar lo que aportan a la sociedad y lo que sueñan para ella.

Ramia trabaja para una aseguradora, pero sus planes de futuro pasan por crear una empresa propia. “Me gustaría emprender en algún momento y vivir esa experiencia. Estoy trabajando para poder conseguirlo algún día”, comenta esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas con un máster en dirección de marketing.

“Me gustaría emprender en algún momento y vivir esa experiencia. Estoy trabajando para poder conseguirlo algún día”

Ramia, 28 años, Barcelona

Esta mujer risueña y dicharachera no para quieta. A sus 28 años es también cofundadora de EDEM, “una plataforma para jóvenes adultos dedicada al desarrollo personal, profesional y social de nuestros conciudadanos”. Además, tiene su propio canal de YouTube, RamiasChannel, con más de 50.000 suscriptores. “Me gusta comunicar y me considero activista antirracista”, comenta.

Es barcelonesa “de nacimiento”, enfatiza. “Me encanta la ciudad, su arquitectura, su gente, su oferta cultural y todo lo que se puede hacer, aunque ahora no tanto”. Confiesa que está deseando volver a viajar, una de sus aficiones. Mientras tanto, sigue disfrutando de lo que más quiere: su familia y su reciente maternidad con la pequeña Sofía.

Jordi es informático y trabaja en una empresa familiar dedicada a la agricultura en Falset (Tarragona). Empezó en ella como recolector en los veranos de su adolescencia. A los 29 años decidió estudiar informática y actualmente lleva la parte tecnológica de la compañía. Pero ahora quiere encontrar su propio camino, junto a su mujer, diseñadora gráfica.

“Quiero montar una empresa con mi mujer, tenemos muchas ideas y proyectos juntos”

Jordi, 36 años, Falset (Tarragona)

Cuenta que “justo antes de la pandemia” y al no poder encontrar trabajo de informática, se decidió a montar una consultoría de “transformación digital” en la zona rural donde viven. “Lo tenía todo preparado y acababa de empezar a buscar clientes, pero tuvimos que ir al campo para salvar el año”.

Lo salvaron y el trabajo en el campo también le ofreció a Jordi la oportunidad de seguir reflexionando. Se pasó horas escuchando podcasts de crecimiento personal, de finanzas… y lo vio claro: “Quiero montar una empresa con mi mujer, tenemos muchas ideas y proyectos juntos”. Varios están relacionados con el público infantil, probablemente influidos por sus dos hijas, de 5 y 2 años. Pero en una cosa insiste mucho: no le interesa generar beneficio económico propio, sino ayudar.

Dice que lo que más le gusta de Cataluña es su gente, su cultura, sus tradiciones. “Somos una gente bastante abierta, hay mucha inmigración, tanto del resto de España como de otros países. Habrá problemas, gente que no le gusta. [Pero] hay un buen equilibrio de multiculturalidad”, opina.

Se declara independentista, porque considera que algunas instituciones judiciales están “contaminadas por restos del franquismo [y] los gobiernos están muy atados de pies y manos”. Siente que “hay mucho odio a todo lo catalán y a todo lo migrante”.

Abdeslam es educador social desde hace más de 20 años. “Intento ser útil para esta sociedad, que me ha abierto los brazos. Me siento como cualquier otro ciudadano, con mis derechos y deberes”, repite varias veces durante la conversación con Salam Plan.

“Intento ser útil para esta sociedad, que me ha abierto los brazos. Me siento como cualquier otro ciudadano, con mis derechos y deberes”

Abdeslam, 52 años, Manresa

Es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid, ciudad a la que llegó tras finalizar la licenciatura en su Marruecos natal. Conoció a la que hoy es su mujer y se quedó por ella. Guarda muy buenos recuerdos de la ciudad donde vivió durante 6 años antes de mudarse a Barcelona por cuestiones laborales. Hoy viven en Manresa y tienen dos hijos de 13 y 10 años.

Adquirió la nacionalidad española en 2008. Se muestra “agradecido y orgulloso”, pues considera que es una señal de confianza y “uno debe estar a la altura”.

A sus casi 53 años, se siente realizado con su trabajo: “Hago algo para los jóvenes desamparados; es fundamental de cara a la sociedad”. Pero admite que su gran ilusión es dar clases en el ámbito universitario, donde ha hecho colaboraciones esporádicas.

Abdeslam sueña con “aportar, conocimientos y energía a la sociedad española, catalana”. Y le gustaría una Cataluña “cohesionada y tolerante, especialmente con la gente de otras confesiones o etnias”.

Para él no quiere nada, solo un futuro académico para sus hijos en una sociedad democrática. Los conceptos de “libertad, democracia y respeto” son lo que más le gusta de su tierra.

Hamida es profesora de idiomas especializada en español, catalán y árabe como lengua extranjera. Tiene 27 años y trabaja en una fundación social como profesora de español y educadora. Además, da clases a distancia a través de una academia de idiomas virtual que ha fundado. “Es mi inversión profesional y personal”.

“Me gusta Cataluña porque tiene unos paisajes preciosos: montaña, mar, nieve y calor. Me gusta también, porque es un pueblo abierto, avanzado y social”

Hamida, 27 años, Barcelona

Vive en la Ciudad Condal y cuenta que le gusta Cataluña, “porque -aparte de ser mi lugar de nacimiento- tiene unos paisajes preciosos: montaña, mar, nieve y calor. ¡Lo que quieras! Me gusta también, porque es un pueblo abierto, avanzado y social”. 

Cuando tiene tiempo, le gusta leer novelas de misterio y policíaca. “También me gusta viajar y pasar ratos de tranquilidad tomando un café o un té con el sol de la mañana y la brisa del mar”. Hamida sueña con “vivir feliz, con salud y harmonía”.

“Me siento muy de Barcelona, una ciudad con grandes oportunidades de emprendimiento y abierta al mundo”

Zouhair, 36 años, Barcelona

Zouhair es politólogo y periodista. Ha dirigido documentales, algunos para TV3 o Televisión Española… uno fue premiado en el Festival de Cine Joven de Aranjuez. Y su largometraje ‘Ordinary Boys’ (2008) resultó seleccionado en el Festival de San Sebastián.

Actualmente es investigador en la Universidad Pompeu Fabra, donde espera obtener el doctorado para ejercer como profesor universitario. “Analizo las políticas de diáspora del gobierno de Marruecos y también el emprendimiento de los jóvenes de origen marroquí aquí. Además, estudio el fomento por el empleo de la Unión por el Mediterráneo, con sede en Barcelona”. Destaca un dato: «En Marruecos, el 40% de las empresas españolas que hay son catalanas, esto supone un comercio bilateral actual entre Cataluña y Marruecos de más de 1.500 millones de euros«.

Ha vivido aproximadamente la mitad de su vida en Marruecos, y la otra mitad en Cataluña. Está enamorado de la Ciudad Condal: “Me siento muy de Barcelona, una ciudad espectacular, con grandes oportunidades de emprendimiento, de crecimiento. Es cosmopolita, abierta al mundo, una ciudad mediterránea. De las mejores donde vivir en el mundo”.

Compagina la investigación con sus análisis para una prestigiosa agencia de noticias financieras. Sueña con compatibilizar la docencia universitaria con el trabajo por el diálogo y la cooperación entre Europa y los países árabes, como ya hace actualmente desde la organización EuroArab. Pero su vista ahora está sobre todo en la pandemia del coronavirus:

Lo que realmente deseo es que sobrepasemos la situación del covid, que la gente se pueda vacunar rápidamente, que se mejoren las circunstancias sociales y económicas. Que al menos podamos salir y bien de esta crisis, también haciendo una reflexión sobre esta sociedad, que se tiene que fundamentar en la solidaridad para salir adelante”.

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