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¿De verdad es nueva la política antimusulmana de Trump en Estados Unidos?

De izq. a dcha: Louise Cainkar, Jameel Haque, Danielle Haque y Erik Love en el WOCMES. © Salam Plan

George W. Bush y su “guerra contra el terror” no es el único precedente a las medidas contra musulmanes y árabes de Donald Trump. Su política lleva décadas construyéndose en Estados Unidos.

Así lo afirman investigadores académicos de ese país, y lo han expuesto este miércoles en el Congreso Mundial de Estudios de Oriente Medio (WOCMES) que se celebra esta semana en Sevilla.

Grabar de forma generalizada a musulmanes y árabes por considerarlos “potenciales terroristas” sucedió por vez primera en los años 60 del siglo pasado, ha explicado Louise Cankar, de la universidad jesuita Marquette en Wisconsin. En aquella época, agencias como la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) interrogaron a los universitarios árabes que habían venido del extranjero para estudiar. En el contexto de la Guerra de los Seis Días de 1967, les “amenazaron” con deportarlos si actuaban a favor de Palestina.

“Con Richard Nixon se institucionalizó el programa para aplicar perfiles a los árabes y musulmanes»

— Louise Cankar

Con Richard Nixon en el poder desde finales de los 60, “se institucionalizó el programa para aplicar perfiles” a los individuos en base a su origen árabe o musulmán, ha indicado Cainkar. La denominada “Operación Boulder” fue un “programa de escrutinio de las actividades de árabe-estadounidenses e fichaban a solicitantes de visados con nombres que sonaban árabes”, explicó Sarah Laskow en el Columbia Journalism Review en 2013. El “motor de desclasificación” construido por el profesor universitario Matthew Connelly lo reveló.

En 1972, un artículo del Washington Post informó sobre unos 2.000 estudiantes encontrados “deportables” y otros 400 estudiantes que habían abandonado el país por su propia cuenta, ha destacado la profesora de Marquette.

“Los discursos, representaciones y políticas cambiaron tras la Revolución Iraní, de los árabes a este grupo mucho más amplio de musulmanes”, ha afirmado. Eso sucedió cuando el concepto de “Oriente Medio” empezó a emplearse. Aunque ‘árabe’ y ‘musulmán’ no significan lo mismo, las políticas estadounidenses parecen haberlos tratado como sinónimos. De hecho, el profesor Erik Love del Dickinson College en Pensilvania, ha defendido durante el seminario en Sevilla que la “islamofobia es racismo, [ya que] encaja perfectamente en la tradición estadounidense del supremacismo blanco”.

“La época de Trump es una intensificación del ánimo antimusulmán, pero no un punto de inflexión; ha alcanzado una nueva marca”, ha resumido Jameel Haque. Este profesor de Historia en la Universidad Estatal de Minesota se describe también a sí mismo como activista musulmán en Estados Unidos. “Mi autoridad como experto se cuestiona continuamente de la misma manera que hechos históricos [que expongo]”, ha lamentado al citar los retos a los que se enfrenta en su trabajo.

“La época de Trump es una intensificación del ánimo antimusulmán, pero no un punto de inflexión”

— Jameel Haque

Para él, “lo nuevo de la era Trump es que el Gobierno federal es cómplice” y da un “micrófono” a grupos de supremacistas blancos. Tiene la sensación de que siempre ha tenido que lidiar con la “islamo-ficción”, pero actualmente se le suman dos nuevos aspectos: “un significado étnico y racial al musulmán” y que “los musulmanes nativos de Estados Unidos son vistos como extranjeros y sospechosos”.

Sobre esto, ha recordado el episodio sobre el certificado de nacimiento de Obama cuando Trump puso bajo sospecha que hubiera nacido en EEUU -requisito para poder ser presidente- y su supuesta fe musulmana como si ello fuera peligroso. Para Haque, no fue Trump el único que llevó a cabo un discurso antimusulmán en este contexto, sino que Obama también hizo gala de una “islamofobia implícita” al defenderse siempre bajo el argumento de su cristiandad.

Love ha señalado otro momento durante la pasada campaña electoral a la presidencia de EEUU en el que ambos candidatos presidenciales se enfrentaron en un debate televisado donde también respondieron a las preguntas del público. Una mujer les planteó: “Con la islamofobia en aumento, ¿cómo ayudarán a personas como yo a no ser vistas como una amenaza?”. Trump respondió con el argumento de la “seguridad” y Hillary Clinton “aceptó la premisa” de relacionar a los musulmanes a asuntos de seguridad con lo que Love define como una “islamofobia más suave”. Clinton dijo: “Necesitamos que los musulmanes estadounidenses colaboren con nuestra seguridad nacional”.

Jameel Haque ha señalado que los libros de texto en EEUU siempre han partido de “conceptos erróneos” sobre los musulmanes y los árabes, como hablar de la Reconquista contra los musulmanes, sin referirse nunca a ellos como europeos sino por su fe. Haque cree que una “actualización de nuestro curriculum [educativo] sería un paso adelante hacia el entendimiento”.

También propone a los activistas que construyan una comunidad formada por diversos grupos minoritarios, no solo étnicos, culturales o religiosos, sino también de otro tipo, como el colectivo LGTB. Cree que un trabajo conjunto les ayudaría a tener su propia voz más representada en la política estadounidense.

WOCMES es un congreso que se celebra cada cuatro años en una ciudad distinta. Este año ha sido organizado por la Fundación Tres Culturas en Sevilla y se han apuntado alrededor de 3.000 investigadores y expertos de 91 países que podrán participar en esta cumbre académica hasta el viernes 20 de julio.

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