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Así son las dos primeras musulmanas que llegan al Congreso de Estados Unidos

Ilhan Omar (i) y Rashida Tlaib (d) son las primeras congresistas musulmanas de EEUU. © Campañas

Ilhan Omar y Rashida Tlaib han hecho historia en las elecciones de mitad de mandato de Estados Unidos al convertirse en las primeras mujeres musulmanas que ocuparán un escaño en el Congreso del país. La primera llegó como refugiada somalí tras huir de la guerra en su país cuando tenía 8 años; la segunda, nació en Detroit en el seno de una familia palestina.

“Cuando la gente me pregunta cuál es mi mayor oponente, no doy un nombre, les digo la verdad: es la islamofobia, el racismo, el patriarcado, la xenofobia y la misoginia. No podemos dejar que ganen”, dijo Ilhan Omar en la convención de la Asociación de Musulmanes Estadounidenses (Muslim American Society).

“Cuando miro lo que está pasando en este país, con esta Administración, no me puedo creer la falta de pánico”, confesó a la revista Elle. Esta funcionaria pública tiene 34 años y llegó a Estados Unidos con 12. Antes había pasado cuatro años en un campo de refugiados en Kenia, tras haber huido a los 8 años de la guerra en su país natal.

Pasará a la historia por ser una de las dos primeras mujeres musulmanas en llegar al Congreso de EEUU; también por ser la primera mujer con hiyab y la primera estadounidense-somalí en la Cámara, como destacan los medios estadounidenses. Lo ha conseguido tras apenas dos años como legisladora en Mineápolis.

Dicen que su baza para ganar en esta ocasión han sido los jóvenes, con los que se ha reunido para escuchar sus inquietudes y a los que pidió el voto hasta el último momento este martes; prácticamente la mitad de los votantes del distrito por el que se presentaba son menores de 24 años, como explicó en una entrevista con la MSNBC.

“Cuando la gente me pregunta cuál es mi mayor oponente, no doy un nombre, les digo la verdad: es la islamofobia, el racismo, el patriarcado, la xenofobia y la misoginia. No podemos dejar que ganen”

— Ilhan Omar, congresista por Minesota

Rashida Tlaib es una abogada de 42 años que se define como «trabajadora social de corazón». Ya ocupó un escaño en su estado (Michigan) durante tres legislaturas. Ella sí que pone en el centro de su discurso un nombre a quien batir: Donald Trump. En él y en su mensaje centra su lucha. Cuando una vez el presidente de Estados Unidos acudió a un evento en Detroit, ella se levantó de entre el público y le preguntó a pleno pulmón: “¿Ha leído alguna vez la Constitución de EEUU? ¡Es necesario que lea la Constitución de EEUU!”

“Nos puede prohibir venir al país, pero no puede prohibir que seamos elegidas al Congreso de EEUU”, dijo a la revista Marie- Claire durante la campaña.

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En un vídeo de campaña mostraba una camiseta con el lema “Mamás contra Trump” y reconoció que esa era la razón de su candidatura. “Ser elegida es un gran mensaje para todo el país: que somos parte del Gobierno, que somos parte del país y queremos devolver [lo que nos ha dado], igual que cualquier otra persona”, dijo Tlaib en una entrevista con la cadena CBS.

Un mensaje especialmente relevante, si se tiene en cuenta que Trump ha vuelto a hacer de la inmigración el eje central de la campaña republicana en estas elecciones. Hasta su cadena amiga, la conservadora Fox News, se negó a dar espacio a un anuncio en el que criminalizaba a las miles de personas que atraviesan Centroamérica huyendo de la violencia y la pobreza en sus países (mayoritariamente Honduras) con la esperanza de llegar a Estados Unidos.

La victoria de Tlaib es más significativa aún si cabe, dado su origen palestino, pues al trasladar Trump la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, echó un pulso a la diplomacia global que se mantenía al margen de la disputa por la capitalidad de Jerusalén entre palestinos e israelíes.

“Ser elegida es un gran mensaje para todo el país: que somos parte del Gobierno, que somos parte del país y queremos devolver [lo que nos ha dado], igual que cualquier otra persona”

— Rashida Tlaib, congresista por Michigan

Ambas son del ala más progresista del Partido Demócrata. Abogan por asuntos como la educación pública, la sanidad universal, una mayor defensa del medio ambiente y la defensa de las minorías, como el colectivo LGTB o los inmigrantes.

Omar sustituye a Keith Ellison, que fue el primer musulmán en el Congreso y dejó libre el escaño para postularse al puesto de fiscal general. Tlaib ocupa el vacío que dejó otro congresista demócrata, John Conyers, al dimitir tras denuncias de acoso sexual. Su victoria estaba asegurada, ya que no se presentó ningún republicano en su distrito.

Las elecciones de mitad de mandato de este 6 de noviembre batieron un récord de candidatos musulmanes en respuesta a la política y retórica antimusulmana del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó Associated Press. En esta ocasión se presentaron casi 100, frente a alrededor de una docena en 2016.

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