Fieles de ambas religiones desde Canadá hasta Irak ofrecen mensajes de hermandad y paz en las fiestas navideñas.
Un árbol de Navidad para alegría de todos
“Estamos encantados de patrocinar el árbol de Navidad y esperamos que traiga alegría”, dicen desde la Asociación Musulmana de Rushmoor, un municipio al suroeste de Londres. El árbol, ubicado en uno de sus barrios, es la última de las iniciativas interreligiosas entre las comunidades cristianas y musulmanas de la zona, según recoge la web In Your Area.
“La paz se elige, y empieza con cada uno de nosotros”
Todo empezó cuando los ciudadanos musulmanes de la zona se quedaron sin una mezquita a la que acudir en marzo pasado y pidieron ayuda a las autoridades locales. Un concejal miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días lo arregló para que pudieran emplear su capilla para las oraciones de los viernes.
“La paz se elige, y empieza con cada uno de nosotros. Puede que no haya paz en la tierra, pero podemos tener paz en Rushmoor”, dijo el concejal, David Clifford, con motivo de la inauguración del árbol de Navidad.
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Las primeras Navidades de Mohammad
Mohammad Hussain es canadiense y paquistaní. Es musulmán y este año no puede ir a casa de sus padres por la pandemia del coronavirus. “Así que mis compañeros de piso me están enseñando cómo celebrar mis primeras Navidades”, ha tuiteado en un hilo (sucesión de tuits relacionados) que ya acumula más de 358.000 ‘me gusta’. Y posa con sus “maravillosos” compañeros.
Con un toque de humor, cuenta todo lo que le ha llamado la atención de los preparativos navideños: desde el “trabajo a tiempo parcial” que suponen todos los preparativos desde mediados de noviembre, pasando por los casi de 16 dólares que le ha costado un bagel decorativo para el árbol de Navidad hasta que “el aspecto religioso de la Navidad es opcional”.
“Intentaré que mi familia haga el amigo invisible por el Eid [fiesta de fin de Ramadán para dar gracias]”
“Esta (observación) me gusta especialmente. Si yo sugiriera a mi madre tener un Ramadán secular, le daría un ataque al corazón. De todas formas, intentaré que mi familia haga el amigo invisible por el Eid”, comenta en relación a la fiesta de gracias al final de Ramadán.
Los marroquíes en España hacen un concurso de tarjetas de Navidad
La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM) convoca anualmente un concurso infantil de postales de Navidad; la que ilustra este artículo es la ganadora de 2020.
“En este año en el que ha sido tan importante la solidaridad y la convivencia entre toda la ciudadanía, os deseamos felices fiestas”
“En este año en el que ha sido tan importante la solidaridad, la colaboración, el apoyo mutuo, la empatía y la convivencia entre toda la ciudadanía, el equipo y la junta directiva de ATIM os deseamos felices fiestas y próspero año 2021/1442-1443 hijria y que próximamente podamos volver a la normalidad”, reza el mensaje que la acompaña.
Un 58% de la población musulmana en España es extranjera; la mayoría, marroquíes, según el Observatorio Andalusí.
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Musulmanes devuelven a la vida una iglesia destrozada por Daesh
“Desde que era niño, las familias musulmanas y cristianas nos solíamos visitar mutuamente por las fiestas religiosas de unos y otros, como las Navidades. Había una iglesia a la que solíamos ir. Lo echo de menos, quiero que vuelvan esas tradiciones”, ha contado Mohamed desde Mosul (Irak) por teléfono a Salam Plan.
Él y otros voluntarios musulmanes, han retirado los escombros, limpiado y devuelto -literalmente- la luz a la iglesia de Santo Tomás en el casco histórico de la ciudad. Los terroristas de Daesh (también conocido como ISIS) la maltrataron y emplearon como cárcel mientras dominaron la ciudad. Durante las batallas para liberar la ciudad, el vecindario se quedó sin agua corriente y la gente solo podía conseguir agua de un antiguo pozo en el interior de esta iglesia. Mohamed asegura: “Esta iglesia fue una fuente de vida”.
“Desde que era niño, las familias musulmanas y cristianas nos solíamos visitar mutuamente por las fiestas religiosas de unos y otros, como las Navidades. Lo echo de menos”
“Queremos que los cristianos (también) vuelvan”, añade Ziad, el coordinador de estos voluntarios. Él mismo tuvo que huir a Turquía con su familia cuando los terroristas tomaron su ciudad, pero ya ha podido volver. Explica que aunque Daesh persiguió a todas las religiones, en su barrio de Mosul, los cristianos -algunos de sus mejores amigos- aún no se atreven a volver.
Ahora, un hombre que va desde la ciudad de Erbil enviado por la comunidad cristiana de allí, está terminando de arreglar el cableado de la iglesia. Cuentan Ziad y Mohamed que los vecinos de la zona siempre se acercan a ofrecerle agua y ayuda (puedes leer la historia completa y ver más fotos AQUÍ).
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