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“Hay muchas voces masculinas en los países árabes que apoyan la causa feminista, pero no son tantos los que realmente se mojan”

Samah Marmash se asoma por una ventana de la sede de AECID en Madrid. © Salam Plan

Samah Marmash dirige la Red de Abogadas Árabes, con 665 miembros en 18 países. Su objetivo es facilitar el trabajo legal para luchar juntas por los derechos de las mujeres en la región.

Marmash es una abogada jordana con un profundo conocimiento de los derechos de las mujeres en el norte de África y Oriente Medio y, por ello, fue recientemente invitada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para participar en una jornada sobre los derechos de las mujeres en Madrid.

Habló sobre “mujeres que temen decirle a su propia familia” que están siendo víctimas de violencia de género, habló sobre leyes que obligan a mujeres adultas a depender de una figura masculina para ejercer su derecho a la propiedad, por ejemplo – tal como ocurría en España hace solo unas décadas-, denunció los matrimonios de menores, “un secreto a voces”, y aseguró que en Marruecos había 40.000 casos en 2017 y otros 10.000 en Jordania.

La directora ejecutiva de la Red de Abogadas Árabes (AWLN, en sus siglas en inglés) se declara feminista musulmana, y para ella el patriarcado es un fenómeno común a interpretaciones históricas engañosas de todas las religiones. “Creo que todas las religiones comienzan con estándares justos para mujeres y hombres y, a lo largo de la historia, cambian para favorecer a los hombres”, le dice a Salam Plan.

La red internacional de abogadas que dirige, se ha marcado como prioridad abrir camino para que las mujeres puedan “participar en la construcción de sus sociedades” y mejorar el sistema legal civil de los países árabes, que -defienden- tienen que ser laicos. En los últimos diez años, ha observado cómo cada vez más hombres en la región se están embarcando en la causa feminista por la igualdad de la mujer, aunque no de forma tan activa como ella desearía.

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¿Qué logros destacaría que se han alcanzado para los derechos de las mujeres en los últimos años en los países árabes y cuáles son los principales problemas que aún deben abordar?

Ha habido muchas historias de éxito en la región. Por ejemplo, en Palestina han creado una Oficina para las pensiones alimenticias, con lo que, si una mujer se divorcia [y no recibe la manutención que le corresponde por parte de su exmarido], puede ir a la oficina, denunciar y obtener su dinero, incluso aunque el esposo no pague. Esto es muy bueno para empoderar económicamente a las mujeres y para mostrar a los hombres, que el gobierno irá contra ellos y no contra la persona vulnerable.

En Jordania, comenzamos algo [similar] el año pasado y está en el presupuesto de este año. Estamos al comienzo del camino, pero Palestina es un buen ejemplo. Y tomamos otro buen ejemplo de Marruecos. En Marruecos tienen tribunales de familia, donde también revisan casos de violencia contra las mujeres, casos familiares o temas religiosos. Es [otro] buen ejemplo, [que] queremos reflejar en nuestro país en Jordania para los casos de violencia familiar [dejando los temas religiosos al margen].

Entonces, ¿los principales problemas en los que se centran ustedes ahora están relacionados con la violencia de género?

Sí, violencia contra la mujer; el derecho de la nacionalidad, que la puedan adquirir sus hijos [que por ahora no pueden adoptar la nacionalidad de su madre en lugares como Jordania]; para poner fin a los matrimonios de menores… esto es para toda la región: el norte de África o Medio Oriente. Es una plaga que actualmente está ahí. Estos son los principales temas que debemos destacar ahora.

“Los matrimonios de menores son una plaga en el norte de Áfica y Oriente Medio que debemos parar”

¿Qué papel juegan los hombres en Oriente Medio en esta lucha por los derechos de las mujeres?

No tenían ningún papel en absoluto. En realidad, estaban en contra del movimiento feminista; no todos ellos, sino un gran número de ellos. Recientemente, en los últimos diez años, se han subido al carro. Sabíamos que lo importante era convertirlos en nuestros socios, porque no podemos cambiar las actitudes si trabajamos con una parte de la comunidad olvidando a la otra mitad.

Cuando comenzamos a trabajar con ellos como socios, sus voces se sumaron a las nuestras. Pero no son una cantidad tan grande como una desearía. La mayoría de ellos sabe que esta es la tendencia actual, por lo que puede que hablen con usted sobre los mismos problemas, pueden tratar de demostrarle que son feministas. Pero el hecho es que, estén ayudando o no, reflejan sus actitudes en sus políticas, incluso en sus casas, que es cómo puedes saber si [su compromiso] es verdadero o no.

Así que hay muchas voces masculinas que apoyan [la causa feminista], pero no son muchos los que realmente se mojan sobre el terreno. Al menos, partimos de una buena base para trabajar con ellos. En realidad, nos están ayudando. En nuestro Parlamento en Jordania, por ejemplo, tenemos algunos hombres que sí creen que los derechos de las mujeres deben reflejarse en las leyes. En el Líbano, [también] tenemos una buena cantidad de hombres justos. En Siria ahora, nada está claro todavía.

“Los hombres reflejan sus actitudes en sus políticas, incluso en sus casas, que es cómo puedes saber si su compromiso es verdadero o no”

Durante su conferencia, habló sobre la influencia de la sharia sobre los derechos o la falta de ellos para las mujeres en Oriente Medio. ¿Hasta qué punto diría que el islam es la razón del patriarcado en la región? ¿O es más bien la tradición o …?

Creo que todas las religiones comienzan con estándares justos para mujeres y hombres y, a lo largo de la historia, cambian para favorecer a los hombres. No sucede sólo en los países árabes. Los europeos también tenían esta situación, pero emplearon los derechos civiles para cambiar esta idea.

Todavía estamos sufriendo por ello, porque después de todas las guerras por las que hemos pasado, no hemos podido … el efecto negativo de las guerras es darte tradiciones que no tienes, ideas que no tienes, hacerte retroceder, no avanzar … Por lo tanto, lo que tenemos es principalmente en nombre de las religiones, pero no es religión. Es la fuerza global para mantener a las personas atrás.

“Creo que todas las religiones comienzan con estándares justos para mujeres y hombres y, a lo largo de la historia, cambian para favorecer a los hombres”

Usted se define como una musulmana feminista.

Sí, y hoy en día tenemos feministas de todas las religiones que están presentes en la región árabe. A lo largo de la historia tuvimos mujeres feministas musulmanas, pero la historia no destaca sus esfuerzos. Por ejemplo, la primera esposa de[l profeta] Muhammad solía defender los derechos de las mujeres; por eso lo apoyaba.

Pero este ejemplo se refiere a una de sus esposas, algo que las personas a menudo rechazan o no comprenden.

Sí, exacto. Pero mientras ella vivió, no se casó con ninguna otra mujer. Lo hizo después de su muerte y, según nuestra religión, lo hizo porque quería reunir a tanta gente. Por ejemplo, quería demostrar que es bueno casarse con una viuda, por lo que se casó con una viuda. De acuerdo con nuestra ley, hubo una razón para cada matrimonio. Según el Corán no es preferible estar casado con más de una [mujer], pero existen ciertas circunstancias y condiciones estrictas en las que se puede hacer.

Pero, una vez más, las personas cambian su religión según sus necesidades: si le preguntas a un jeque,  te dirá que «tener más de una esposa es bueno» y si le preguntas a otro religioso, él te dirá que «no, se establecieron condiciones en el Corán bajo las cuales puedes hacerlo». Las religiones son siempre así.

Samah Marmash es directora ejecutiva de la Red de Abogadas Árabes. © Salam Plan

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