Hace tres años un municipio de 10.000 habitantes también se vio golpeado por los atentados de Barcelona y Cambrils, que dejaron 16 fallecidos y decenas de heridos. A más de 100 kilómetros de la Ciudad Condal, los ciudadanos de Ripoll buscaban respuestas. Sus propios vecinos, criados en sus colegios y calles, se habían convertido en terroristas y acabado con la vida de aquellas personas.