Los habitantes del pueblo alemán de Ostritz decidieron apoyar así una orden judicial que había prohibido el consumo de alcohol en un festival neonazi que se celebraba el pasado fin de semana en su localidad. Además, organizaron una fiesta paralela por la paz.
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Un juez había decretado cero alcohol para el festival de música «Escudo y Espada», porque entendía que podría propiciar enfrentamientos violentos «dado el carácter combativo-agresivo del evento», informa el diario local Die Morgenpost. La policía confiscó 4.200 litros de cerveza a los organizadores del festival el viernes.
Pero los ciudadanos de Ostritz, un pueblo de menos de 2.500 habitantes fronterizo con Polonia, quisieron movilizarse para impedir también la compra de cerveza en los alrededores del festival de ultraderecha. Se hicieron con las más de 100 cajas de cerveza que había a la venta en el supermercado local.
«Mi impresión es que las protestas de la sociedad civil influyen. Los neonazis ven que no son bienvenidos en Ostritz», declaró Michael Schlitt a la agencia de noticias alemana DPA. Schlitt es el presidente de la Fundación Internacional para el Encuentro San Marienthal, una organización local que impulsó esta compra masiva de cerveza.
Al festival neonazi acudieron entre 500 y 600 personas, mientras que en las manifestaciones contra este encuentro -incluidas una fiesta paralela por la paz- participaron alrededor de 2.000 personas, según datos de la Policía recogidos por DPA. La Policía se había movilizado con 1.400 agentes.