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Miles de niños rohingya siguen en grave peligro tras conseguir huir de la violencia en Myanmar

Refugiados rohingya cruzan de Myanmar a Bangladesh en octubre de 2017. © Unicef/LeMoyne

Más de 12.000 niños de la minoría musulmana rohingya llegan cada semana huyendo de las matanzas de Myanmar al vecino Bangladesh. Pero cruzar la frontera no es un seguro de vida, advierten las ONG.

Desde que estallara la última ola de violencia contra los rohingya hace apenas dos meses, han llegado a Bangladesh 320.000 menores, que conforman el 60% de esta minoría musulmana, según Unicef. Más de 2 de cada 10 de ellos sufre desnutrición y 145.000 menores de 5 años se encuentran «al borde» de sufrirla, según estas organizaciones. Y cada semana llegan 12.000 niños más, avisa Unicef.

Más de 2 de cada 10 niños sufre desnutrición y 145.000 menores de 5 años se encuentran «al borde» de sufrirla

«De camino vimos a mucha gente muerta, decapitada y con sus extremidades cortadas», aseguró esta semana uno de los afectados a la BBC a su llegada a Bangladesh. Los testimonios de otros refugiados recogidos por Save The Children cuentan que sus pueblos fueron completamente calcinados, mucha gente fue asesinada y mujeres violadas mientras huían.

Entre ellas Fatima, que dejó Myanmar con sus tres hijos después de encontrar a su marido muerto en su pueblo. “Ha habido veces que no he podido comer en tres días porque no hay comida. Mi hijo pequeño estuvo a punto de morir por falta de comida”. Ahora está «feliz» porque por fin puede cocinar algo más que solo lentejas para sus pequeños.

Los pueblos rohingya fueron completamente calcinados, mucha gente fue asesinada y mujeres violadas mientras huían. Un tercio de esta minoría musulmana ya ha cruzado al vecino Bangladesh

Naciones Unidas calificó hace tiempo la situación de los rohingya en Myanmar de «limpieza étnica», mientras Aung San Suu Kyi -la Nobel de la Paz y actual presidenta de facto de ese país- recibe críticas por su permisividad con el Ejército, que continúa ejerciendo mucho control en la antigua Birmania y es quien perpetra los ataques, según denuncia Human Rights Watch (HRW). Se estima que un tercio de los 1,2 millones de rohingya originarios del Estado de Rakhine en Myanmar ya ha cruzado a Bangladesh.

“Muchos niños rohingya refugiados en Bangladesh han presenciado en Myanmar atrocidades que ningún niño debería ver nunca, y todos han sufrido pérdidas tremendas”, ha asegurado el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, en un comunicado. “Estos niños necesitan urgentemente comida, agua potable, saneamiento, y vacunas que les protejan de las enfermedades que surgen en las emergencias. Pero también necesitan ayuda para superar todo lo que han sufrido ya».

Refugiados rohinghya observan su nuevo hogar en el campo de refugiados de Kutupalong (Bangladesh) en septiembre de 2017. © Unicef/LeMoyne

En el informe Marginados y desesperados: los niños rohingya afrontan un peligroso futuro, Unicef recoge cómo la mayoría de refugiados vive en asentamientos improvisados y superpoblados, con el consecuente riesgo de enfermedades y falta de medios para atender a los refugiados. La organización de Naciones Unidas indica que el Gobierno de Bangladesh se está esforzando por acogerlos, pero es necesaria más ayuda.

«En más de 20 años de trabajo humanitario jamás he visto (a la) gente en una situación tan extrema, especialmente los niños»

Unicef y Save The Children coinciden en que los mayores peligros ahora para los niños rohingya refugiados son el cólera y la desnutrición. “Estamos viendo un número alarmante de niños llegar desesperadamente hambrientos y desnutridos. Después, en los campos, estos niños no tienen ningún tipo de higiene, viven rodeados de suciedad, con agua contaminada y dependiendo de las raciones de comida que reciben para sobrevivir”, ha indicado Unni Krishnan, director de la Unidad de emergencia sanitaria de Save the Children.

Esta ONG estima que unas 281.000 personas necesitan con urgencia asistencia alimentaria para evitar su desnutrición; entre ellas, 145.000 niños menores de cinco años y más de 50.000 embarazadas y madres lactantes. Los niños se encuentran «en grave riesgo de contraer enfermedades como el cólera, que para niños como estos puede ser fatal», advierte Krishnan. «En más de 20 años de trabajo humanitario jamás he visto (a la) gente en una situación tan extrema, especialmente los niños”.

Refugiados rohingya cruzan de Myanmar a Bangladesh en octubre de 2017. © Unicef/LeMoyne

La ley birmana niega la nacionalidad a sus habitantes rohingya, que llevan décadas soportando «represión y discriminación», denuncia HRW. 120.000 de ellos continúan desplazados dentro del propio país debido a oleadas de violencia en 2012 y 2016.