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La casa de la infancia de Trump acoge a los refugiados

El felpudo a la entrada de la antigua casa del presidente de EEUU. Copyright: Chris Gregory/Oxfam

“Refugees welcome” saluda el felpudo de la entrada a la casa de Queens (Nueva York) en la que Donald Trump pasó su infancia. Estaba en alquiler y la ONG Oxfam aprovechó la oportunidad. Quería lanzar un mensaje al presidente de Estados Unidos y a los demás líderes mundiales reunidos esta semana en Nueva York por la Asamblea General de la ONU: que el suyo es un país de acogida, que ha crecido y enriquecido con personas venidas de otros lugares. Y reivindica que siga siendo así.

“Para mí el sueño americano no trata en absoluto sobre mí, sino sobre mis hijos y su futuro. Yo vine aquí bastante tarde en la vida, pero a mis hijos quiero garantizarles un futuro de éxito aquí”, aseguró recientemente el sirio Ghassan Shehadeh sentado en una estancia del que fuera el hogar de Trump, invitado por Oxfam junto a otros refugiados de EEUU. Llegó a Maryland en 2015 desde Siria tras dejar Damasco junto a su familia en plena guerra. Les habían arrestado en Egipto por cruzar ilegalmente la frontera, pero pidieron asilo y fueron reubicados allí. Ghassan trabaja ahora como reponedor de ordenadores en un almacén.

Ghassan Shehadeh llegó a EEUU con su familia en 2015 huyendo de la guerra de Siria. Copyright: Chris Gregory/Oxfam

“Pónganse en nuestra piel: ningún sirio deja el país por mera voluntad y deseo de ir a alguna otra parte. Han sido forzados a dejarlo por un conflicto y unas condiciones que empeoran. Den a los refugiados una oportunidad antes de juzgarlos”, pide. “Verán que los refugiados son gente amable que trabaja duro, [gente] que ha visto mucho dolor. Lo único que queremos estar a salvo y seguros”.

Pónganse en nuestra piel: ningún sirio deja el país por mera voluntad

La ONG ha querido dar este golpe de efecto a las puertas de unas semanas que considera “críticas” para la nueva política de refugiados de EEUU. Trump anunciará pronto su decisión sobre la cantidad de refugiados que EEUU acogerá en 2018, mientras la Corte Suprema de EEUU se prepara para escuchar los argumentos sobre su veto migratorio a toda persona procedente de Siria, Sudán, Yemen, Libia, Irán y Somalia, por ser países de mayoría musulmana y considerarlos una amenaza. En la actualidad aquella segunda versión de su polémico decreto aprobado en marzo continúa bloqueado después de que dos jueces lo denunciaran a las pocas horas de que entrara en vigor. Además, el Congreso deberá decidir el presupuesto para la acogida de los refugiados reubicados en el país.

Iftin llegó a EEUU desde su Mogadiscio (Somalia) natal en 2014 y actualmente trabaja como mediador de los refugiados, presentándolos a sus vecinos y ayudándoles a integrarse. “Hay un estereotipo de que los refugiados (…) vivimos de la asistencia social, pero yo trabajo 12 horas al día y nunca ha percibido ayudas del gobierno. No vine aquí con las manos vacías: vine con conocimientos, y vine con la perseverancia de luchar y contribuir a la economía estadounidense. Soy un residente legal que paga sus impuestos”, destacó desde la casa de la infancia de Trump en conversación con Oxfam.

Hay un estereotipo de que los refugiados (…) vivimos de la asistencia social, pero yo trabajo 12 horas al día y nunca ha percibido ayudas del gobierno

La ONG sostiene que “nunca ha sido más importante para los estadounidenses usar su voz para hacer saber a su Gobierno que los refugiados son bienvenidos aquí. Un pilar de los valores fundacionales de los EEUU era ofrecer a las personas oprimidas refugio de la violencia y la persecución”. Por ello, pide a los estadounidenses que abran sus “mentes, corazones y comunidades a refugiados vulnerables que buscan un lugar seguro al que llamar hogar”.