Avraham Mintz y Zoher Abu Jama comparten trabajo en una ambulancia en Beersheva, en el sur de Israel. Avraham es judío y Zoher, musulmán. Nada de eso les enfrenta y acostumbran a hacer juntos pequeños descansos para rezar en medio de la pandemia del coronavirus.
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Hacía menos de una hora que habían comenzado su turno un día del pasado marzo, cuando en un momento de tranquilidad en el que no tenían que atender ninguna urgencia, estos compañeros aparcaron la ambulancia y se dispusieron a rezar. Zoher desplegó su alfombra de oración hacia La Meca y Avraham Mintz se puso el chal para el rezo sobre sus hombros y giró su cuerpo hacia Jerusalén. Miraban en direcciones opuestas por la tradición de sus respectivas creencias, pero con un respeto mutuo impregnando el ambiente. Un tercer compañero de la ambulancia del servicio nacional de emergencias de Israel (Magen David Adom) tomó la foto.
“Intentamos rezar juntos en vez de que cada uno se tome su tiempo para la oración por separado, porque tenemos un montón de casos que atender ahora mismo”, explicó a finales de marzo Mintz al New York Times.
“El mundo entero está combatiendo esto”, comentó Abu Jama sobre el coronavirus. “Es una enfermedad que no diferencia entre unos y otros (…). Pero dejando eso a un lado, trabajamos juntos, vivimos juntos. Esta es nuestra vida”.
“Trabajamos juntos, vivimos juntos. Esta es nuestra vida”
Ambos tienen en torno a 40 años y familias numerosas. Abu Jama tiene 7 hijos; Mintz, 9. No solo les unen sus circunstancias similares, el trabajo y ahora las horas luchando contra el coronavirus, sino incluso la religión de cada uno. Abu Jama dijo a la CNN: “En cuanto a las creencias y personalidad, creemos en las mismas cosas y tenemos algo en común. Creo que (Avraham) es una persona que da (a los demás) y tiene sentido del honor, y eso es importante”.
“Todo el mundo tiene miedo del virus”, dijo Mintz a la cadena estadounidense. “Nosotros, también. Pero creemos que todo está bajo el control de Dios, bendito sea. Ambos lo creemos”.