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Condenan a tres estadounidenses por planear un atentado contra refugiados somalíes musulmanes

De izquierda a derecha, Curtis Allen, Gavin Wright y Patrick Stein. © Oficina del Sheriff de Sedgwick

Planeaban poner cuatro coches llenos de explosivos alrededor de una urbanización de Kansas donde viven 120 refugiados somalíes y en cuyo complejo también se encuentra una mezquita. Los terroristas habían denominado a su reducido grupo ‘Los Cruzados’.

Ya habían probado las bombas que habían fabricado con instrucciones de internet. Las querían detonar en la localidad de Garden City el día después de las elecciones presidenciales de 2016 indistintamente de que ganara Hillary Clinton o Donald Trump. Los refugiados somalíes -a quienes llamaban «cucarachas»- fueron llevados allí para trabajar en la industria del envasado de carne de esa zona, detalló la CNN.

«Querían mandar un mensaje a la gente que vive allí de que no son bienvenidos en Garden City ni en el suroeste de Kansas, ni en Estados Unidos», adujo el fiscal federal, Tony Mattivi, en su alegato final del juicio.

«Los acusados actuaron con clara premeditación en un intento de matar a personas por su religión u origen»

«Los acusados actuaron con clara premeditación en un intento de matar a personas por su religión u origen», aseguró por su parte el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, en un comunicado especialmente relevante, teniendo en cuenta el veto migratorio de Trump, que incluye Somalia y no distingue solicitantes de asilo de migrantes económicos. «Eso no solo es ilegal, sino que es inmoral e inaceptable», añadió el cargo republicano.

Un jurado de Wichita condenó este miércoles a los ciudadanos de Kansas Curtis Allen, Gavin Wright y Patrick Stein por terrorismo. Fueron declarados culpables de conspirar para usar un arma de destrucción masiva y de conspirar contra derechos civiles, según la agencia de noticias Associated Press. Además, Wright fue también condenado por mentir al FBI. La sentencia con las condenas concretas se espera para el 27 de junio. Podrían ser condenados a cadena perpetua.

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Los tres pertenecían a la milicia -como otras en Estados Unidos- llamada Kansas Security Force. Otro miembro de la milicia fue quien dio la voz de alarma al FBI ante la escalada de violencia que detectó en el trío y más tarde accedió a grabar sus conversaciones.

Los abogados defensores intentaron convencer al jurado de que el FBI había sido injusto con ellos y que lo único que hacían era ejercer su derecho a poseer un arma y hablar libremente. «Era miembro de una milicia. Le encantaban las armas. Era su estilo de vida. El Gobierno trató de criminalizar un estilo de vida», intentó defender a Allen su abogada, Melody Brannon, según el New York Times.

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Madiha Ahussain, de la organización Muslim Advocates, celebró la condena de los tres terroristas en un comunicado. Pero a la vez advirtió que «no debemos ignorar los peligrosos planes que estos hombres pensaban llevar a cabo o el contexto mayor en el que esto ocurrió». Subrayó que no se pueden reducir las conversaciones de la conspiración constatada por el jurado a simples «conversaciones de vestuario», como trató de hacer su defensa.

«La retórica antimusulmana ha llevado a un pico sin precedentes en ‘violencia del odio’ y ataques a mezquitas, intensa radicalización de supremacistas blancos, y un desdén chocante contra las vidas de los musulmanes estadounidenses», lamentó Ahussain antes de llamar a la «unidad» para defender unos valores comunes.

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