Horst Seehofer, líder de los socialcristianos bávaros, ha hecho esta afirmación en el discurso de apertura de la Conferencia Alemana sobre el Islam este miércoles. Hace solo ocho meses dijo lo contrario.
«Los musulmanes que viven aquí por supuesto que forman parte de Alemania, y los musulmanes tienen -obviamente- los mismos derechos y los mismos deberes, como todos los ciudadanos de este país», ha dicho el ministro del Interior alemán. Una afirmación nada baladí, habida cuenta de que es su propio partido -la CSU, el brazo de la CDU de Angela Merkel en Baviera- el que en los últimos tiempos ha puesto trabas a la política de puertas abiertas que implantó la canciller al principio de la denominada «crisis de los refugiados». Pero sobre todo, porque el pasado marzo declaró en una entrevista con el diario alemán Bild exactamente lo contrario: que «los musulmanes no forman parte de Alemania». Ahora rectifica y dice que nadie puede tener «una duda razonable» sobre su pertenencia al país germano.
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La Conferencia Alemana sobre el Islam (DIK, por sus siglas en alemán) se celebra por cuarta vez y durará hasta el jueves. Pretende ser un puente de diálogo entre el Estado y los musulmanes. La presente convocatoria lleva por título «Musulmanes en Alemania- musulmanes alemanes», destaca el ministerio del Interior germano en una nota de prensa.
Para Seehofer hay una pregunta «central»: «¿Cómo podemos promover un islam en Alemania, que está enraizado en nuestra sociedad, que comparte valores de nuestra Constitución y que respeta modos de vida de este país; un islam en, de y para Alemania, un islam de los musulmanes alemanes».
Se calcula que hay entre 4,5 y 5 millones de musulmanes en Alemania, según un estudio estatal de 2015 y otro del centro de investigación Pew de Estados Unidos en 2016. En ese país existe desde hace décadas una comunidad musulmana significativa, formada en gran medida por turcos o personas de origen turco. Son precisamente ellos los que conforman la mayor minoría cultural en el país, con 2,8 millones de personas, de las cuales casi la mitad son nacidas o nacionalizadas alemanas (no todas ellas tienen por qué ser musulmanas).
«Los musulmanes de Alemania no solo deben tomar las riendas de su propia organización y financiación, sino también adaptar la formación de sus imanes a sus necesidades»
Ercan Karakoyun nació en Alemania y es de origen turco. Portavoz extraoficial del Movimiento Gülen en Alemania, estuvo esta semana de visita en Madrid, donde explicó que alrededor de mil mezquitas en el país están financiadas por el Gobierno turco. Un reportaje publicado por el periódico alemán Welt am Sonntag hace dos años ofrece cifras parecidas: desveló que alrededor de 970 imanes en Alemania llegaban enviados y financiados desde Turquía.
Precisamente por ello, los musulmanes que pertenecen al Movimiento Gülen tienen prohibido entrar en esos templos, denunció Karakoyun en una conferencia en Arco Forum, pues «la caza de brujas de Erdogan» y «su brazo se alarga(n)» hasta Alemania.
El presidente turco considera instigadores del golpe de estado fallido de julio de 2016 a todos los seguidores del predicador Fettulah Gülen, teoría a la que la Unión Europea no ha dado credibilidad. La persecución de quienes Recep Tayyip Erdogan califica de «terroristas» ha resultado en más de 170.000 despidos de funcionarios, 143.000 detenidos y 81.400 encarcelados, entre otras represalias.
«Los musulmanes de Alemania no solo deben tomar las riendas de su propia organización y financiación, sino también adaptar la formación de sus imanes a sus necesidades», ha manifestado Seehofer este miércoles. Los presupuestos generales para 2019 incluyen una partida para «mezquitas para la integración», bajo el lema «abrir, conectar, cooperar».
Precisamente como parte de ello, un proyecto en el que trabaja Karakoyun acaba de recibir el espaldarazo de 10 millones de euros. Se trata de «House of One«, un templo de encuentro entre musulmanes, cristianos y judíos, que se está edificando en Berlín y que ya había recaudado otros 8 millones de euros a través del crowdfunding con el propósito de ser independientes.
«Es urgente una diferenciación cuidadosa: entre los actos de unos individuos, que deben ser perseguidos con todos los medios legales, y la mayoría de musulmanes en nuestro país»
Con la llegada de solicitantes de asilo de países como Siria a partir de 2015 (alrededor de un millón llegaron a Alemania en un año), la comunidad musulmana ha cambiado y se ha diversificado más, ha señalado Seehofer por otro lado. En este contexto, ha advertido: «Se achacan demasiado rápido problemas de integración o conflictos de convivencia con quienes han llegado nuevos a la totalidad del islam (…). Es urgente una diferenciación cuidadosa: entre los actos de unos individuos, que deben ser perseguidos con todos los medios legales, y la mayoría de musulmanes en nuestro país».
Seehofer ha indicado que a partir de ahora, la Conferencia se abrirá también a representantes y activistas musulmanes que no necesariamente pertenezcan a una gran organización y también incluirán en los debates a portavoces cristianos y judíos. El ministro ha indicado su deseo de ejercer el rol de «tender puentes» en lugar de pretender erigirse como «tutor de una opinión prefabricada».