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Dos hermanas, dos opciones: con y sin velo

Sara y Amina Zereg además de hermanas son muy buenas amigas. Foto cedida

Sara y Amina hacen todo juntas. A sus 20 y 22 años siguen compartiendo habitación en casa de sus padres en Elche. Ambas son musulmanas practicantes. Sara lleva velo; Amina, no.

Sara es la mayor. Terminó la carrera de Enfermería el año pasado y actualmente estudia la especialidad de matrona. Amina estudia Trabajo Social y sueña con fundar su propia ONG para ayudar a personas necesitadas.

A ambas les gusta el deporte y suelen ir juntas al gimnasio. Sara llegó a competir con el equipo de balonmano de Elche y ganó un campeonato juvenil de España con su equipo. Amina de momento no lleva velo, aunque tiene claro que en algún momento se lo quiere poner. Lo considera un paso necesario para su forma de entender la fe musulmana, si bien también hay otras mujeres musulmanas que deciden no llevar hiyab.

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Sara y Amina Zereg son uña y carne. Tanto, que sus voces apenas se pueden distinguir por teléfono y de vez en cuando es necesario aclarar quién habla durante esta entrevista telefónica con Salam Plan.

Este domingo salieron a las calles de su localidad con otras jóvenes de Gchime, la asociación de chicas musulmanas de Elche a la que pertenecen. Invitaron a la gente a preguntarles lo que quisieran sobre el velo, con motivo del reciente Día Mundial del Hiyab. Sara y Amina confiesan que no son expertas, pero aportan su punto de vista con la esperanza de acabar con la discriminación de las mujeres que llevan el pañuelo.

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¿Cuándo y por qué decidiste llevar velo, Sara?

Yo sabía que quería ponérmelo, pero no tenía una fecha. En el verano de 2015 estuve de vacaciones en Argelia [de donde son sus padres] y me animé. Me levanté una mañana y dije: “Me apetece”. Fue como una sensación repentina, de “quiero ponérmelo ya”.

Y aproveché que estaba allí, que es mucho más fácil comprarse la ropa, que aquí es mucho más difícil de encontrar. Me compré el armario entero casi, antes de venir [de vuelta a Elche].

Mi hermana mayor se lo puso unos meses antes que yo y verla puede que me animara. Me hacía ilusión.

¿Qué significaba para ti ponerte el velo?

Dar un paso muy grande hacia adelante en el tema religioso. Nosotras somos bastante creyentes y bastante practicantes. No solamente es un cambio en la vestimenta, sino [que] yo también me sentí más a gusto, un poco más libre de expresarme como soy.

Estás en un país en el que se habla mucho de libertad y luego tú decides libremente vestir como crees que es correcto por tu religión y la gente te rechaza. ¿Qué tipo de libertad es esa?

— Sara Zereg

¿Y tú Amina, por qué has optado por no llevarlo?

Yo sí que pienso que algún día me lo quiero poner. No lo llevo porque todavía no estoy preparada. Es una decisión que si la tomas, no te lo puedes poner un día y te lo quitas después. El día que me lo ponga, me lo quiero poner de verdad, no me lo quiero quitar para nada. El día que esté a gusto conmigo misma, el día que esté preparada, lo llevaré.

¿Ese estar o no preparada tiene que ver con las creencias, con el entorno, con la aceptación o no de ello…?

Es un conjunto. Que lleves el pañuelo, que lleves el hiyab o no lo lleves, no quiere decir que seas una persona más religiosa. Puede que encuentres una persona que lleve el hiyab y no sea igual de religiosa como tú o viceversa.

Pero es un conjunto de todo. La sociedad también te impide dar ese paso. Hay veces, que yo salgo con mi hermana a la calle y siento la discriminación que le hacen a ella [SIC] y no me hacen a mí. Somos hermanas. A ella la discriminan por llevarlo y a mí, no. Llevamos aquí toda la vida, nacimos aquí…

¿Cómo ha condicionado vuestra vida llevarlo o no? ¿Amina, recuerdas alguna situación en particular en la que discriminaran a tu hermana frente a ti?

(Amina): Son gestos, miradas, a ella la tratan de una manera y a mí, de otra. A lo mejor con otra persona no lo sabes, pero como es mi hermana y yo la conozco y estoy constantemente con ella en todas las situaciones, noto esa discriminación. Noto cómo era antes, cuando no lo llevaba y cómo es ahora que sí que lo lleva.

(Sara): Recuerdo una vez que íbamos juntas y al llevar yo pañuelo y ella no, una chica de una tienda de ropa le hablaba directamente a ella, a mí, no. Yo le hablaba a ella y ella respondía a mi hermana. Incluso antes de hablarle yo, ella hablaba con mi hermana en español y a mí me hablaba en inglés. A lo mejor, ella estando conmigo ha notado más que a mí me vean más como la inmigrante.

Al llevarlo, ya eres la inmigrante. Cuando no lo llevaba, yo me sentía súper normal por la calle y cuando me lo puse empecé a notar que me trataban de inmigrante. Me topé con un racista en el autobús. [El conductor] empezó a decir que no me podía subir porque llevaba el pañuelo. No me quería abrir la puerta, me hablaba desde el otro lado de la puerta cerrada.

Un conductor de autobús empezó a decir que no me podía subir porque llevaba el pañuelo. No me quería abrir la puerta, me hablaba desde el otro lado de la puerta cerrada.

— Sara Zereg

Sara, dejaste el club de balonmano en el mismo año en que te pusiste el pañuelo. ¿Fue por algún tipo de dificultad o discriminación que sentiste?

No, dejé el club en abril y me puse el pañuelo en agosto. Cuando estaba en balonmano tenía muchas amistades. Después de dejar el club y ponerme el pañuelo, yo noté mucha lejanía por parte de la mayoría de ellas.

¿Y cómo te hizo sentir eso? ¿Te lo esperabas?

Pues no muy bien, la verdad… Estás en un país en el que se habla mucho de libertad y luego tú decides libremente vestir como quieres, como crees que es correcto por tu religión, empiezas a ver que la gente te rechaza. Entonces, ¿qué tipo de libertad es esa? Mis primeros días con el hiyab no fueron lo mejor, pero yo estaba contenta conmigo misma, con la decisión que había tomado, y muy a gusto.

La gente muchas veces no se termina de creer que sea una decisión libre el ponerse o no el velo.

(Sara): Muchas veces me dicen: “si tú eres española, ¿por qué te lo tienes que poner?”. No tiene nada que ver con eso, muchas conversas lo llevan. Pero es como que no se lo llegan a creer, pero es porque no llegan a comprender el uso del hiyab como algo religioso. Lo entienden como algo de opresión, de machismo, de que la mujer se tiene que tapar… se piensan que incluso nosotras lo vemos mal porque estamos agobiadas porque no podemos mostrar nuestro cuerpo como es.

Diría que mi hermana es más libre que yo: ha decidido ponerse el hiyab y le ha dado igual la opinión de la gente

— Amina Zereg

Amina, ¿tú te consideras más progre o más liberada por no llevarlo?

Para nada. Incluso diría que mi hermana es más libre que yo, en el sentido de que mi hermana ha decidido ponérselo y le ha dado igual la opinión de la gente, le ha dado igual el perder amistades… entonces libremente ha decidido ponérselo.

Sara decidió ponérselo precisamente estando en Argelia, pero hay países de mayoría musulmana donde las mujeres no pueden decidir libremente ponérselo o no.

Sí, es verdad, pero no dejan de ser excepciones. No tenemos que tachar a un colectivo entero, por el error de algunas excepciones. Nosotras nos centramos en la religión. El problema es que muchas veces manchan la religión con aspectos culturales. El que pueda haber muchos hombres machistas o incluso mujeres machistas en algunos países, es cosa de cultura, no de religión.

¿Cómo os imagináis vuestro futuro y qué papel jugará el velo o la ausencia de él?

(Amina): Últimamente también me lo estoy replanteando bastante. En un futuro muy próximo me veo a mí misma llevándolo. Con mi trabajo, mi asociación, luchando por los derechos…

(Sara): Intentando luchar para que en un futuro no veamos problemas a la hora de trabajar por el velo. No cambia nada, es una prenda más de ropa.

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