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Enterrar al ser querido por vídeo

Zona musulmana en el cementerio municipal de Reus. Imagen cedida por M. Said Badaoui

Un máximo de cuatro personas pueden acudir al entierro de un fallecido con coronavirus. Para las personas creyentes eso implica que uno de esos cotizados puestos lo ocupe un cura, un imán, un rabino… Y para quienes pertenecen a una minoría religiosa, se añade alguna piedra más en el camino para dar sepultura a sus seres queridos. Las soluciones no son fáciles, pero existen.

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Moshé Bendahan es presidente del Consejo Rabínico de España y rabino principal de la comunidad judía de Madrid. Ya ha oficiado cinco entierros en medio de la crisis del coronavirus. Explica por teléfono a Salam Plan que en el caso de los judíos practicantes, el ritual requiere que las tres personas que acompañan al rabino sean buenos conocedores de las oraciones que se recitan en hebreo para dar sepultura a un cuerpo. Y en la práctica esto supone que los familiares y amigos asistan al entierro a través de una pantalla encerrados en sus casas.

Para ayudarles a pasar el trance lo más cerca posible de su ser querido, retransmiten el entierro por videoconferencia en directo y tras el sepelio finalizan las oraciones conjuntamente. ¿Cómo encontrar las palabras apropiadas de consuelo por vía telemática?

“El mayor consuelo que se le puede dar, es darles ánimo y decirles que la vida no se termina en este mundo, es solo un tránsito. El alma es eterna”, les dice el rabino Bendahan. Enumera “las buenas obras” del ser querido y trata de “dar un sentido” a la vida de quienes quedan, por sus hijos o por otros seres queridos que les necesitan.

El ritual in situ también se realiza de forma “muy limitada”, manteniendo las distancias establecidas por el Ministerio de Sanidad. Pero no presionan con el tiempo, al menos en el cementerio municipal de Reus.

Allí la comunidad musulmana llevaba meses en conversaciones con el Ayuntamiento para habilitar una zona para los fallecidos musulmanes en el cementerio municipal, pues para los creyentes del islam es importante, entre otros aspectos, que el cuerpo esté en contacto con la tierra. Con la crisis del coronavirus, se han tenido que agilizar los trámites y este viernes fueron los tres primeros entierros de personas musulmanas en la nueva zona.

El imán de Reus, Mohamed Said Badaoui, fue el encargado de los sepelios. Dos de las personas fallecieron por coronavirus; la tercera, por muerte natural. En el caso de las víctimas del coronavirus, tampoco pudieron asistir familiares de las víctimas por tener que permanecer en cuarentena. Además, eran de otras ciudades, pues el Ayuntamiento de Reus permite acoger en este cementerio también a personas no empadronadas para facilitar el enterramiento bajo el rito musulmán.

Said Badaoui acude a los sepelios acompañado por tres personas de la comunidad musulmana para realizar las oraciones por el difunto y se encargan de grabarlo todo para poder enviárselo después a la familia y tratar así de ofrecerles consuelo. Antes también permanecen en estrecho contacto telefónico con la familia.

“Sabemos que es muy difícil para todos, pero en estos momentos es lo que nos toca”, cuenta a Salam Plan en la mañana del sábado, antes de comenzar con otros tres entierros que se sucederán este mismo día. Si bien, la ley española impide enterrar a personas únicamente con el sudario como en los países de mayoría musulmana, poder enterrar a sus seres queridos lo más cercano a estar en contacto con la tierra ofrece consuelo a los creyentes musulmanes.

El vídeo del entierro también les da la tranquilidad que necesitan para cerciorarse de que sus difuntos no sean incinerados, lo que va en contra tanto de las creencias de musulmanes como de judíos. “Es el momento de tener paciencia, lo único que le va a ayudar en el momento que ha fallecido es pedir misericordia por él”, transmite el imán de Reus a los seres queridos del fallecido.

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Said Badaoui se muestra muy agradecido con el Ayuntamiento de Reus por no exigir el empadronamiento a las personas fallecidas. Las tres personas a quienes dará sepultura en el segundo día tras habilitar la zona musulmana en el cementerio municipal, tampoco son de esta ciudad. En su ciudad hay ahora 36 tumbas disponibles, y en cada una de ellas se puede enterrar a tres personas. Un total de 108 tumbas para creyentes musulmanes de toda España que no tengan otro lugar donde enterrar a sus seres queridos.

Este imán cuenta que los otros dos cementerios musulmanes en Cataluña están en Barcelona, donde sí se pide el empadronamiento, y además uno de ellos ya no tiene espacio. Ahora en Zaragoza también han puesto el requisito del padrón, debido a la crisis del coronavirus. En la Asociación Musulmana por los Derechos Humanos, por ejemplo, han recibido consultas desde distintos puntos de España en los últimos días para encontrar un lugar donde poder enterrar a sus seres queridos.

La necesidad de cementerios musulmanes es una de las peticiones históricas de la Comisión Islámica de España (CIE), de acuerdo con los Acuerdos de 1992 con las distintas confesiones de “notable arraigo” en el país (musulmanes, judíos y evangélicos). Los musulmanes extranjeros residentes en España, aproximadamente un 58% de los creyentes de esta religión en el país, a menudo procuran la repatriación del cuerpo del fallecido a su lugar de origen. Esto les facilita poder enterrarles bajo el rito musulmán, pero el estado de alarma por el coronavirus impide este traslado por motivos sanitarios. Tampoco se puede proceder al lavado del cuerpo por los mismos motivos.

La Embajada de Marruecos en España ha informado de que correrá con los gastos de los sepelios de los marroquíes afincados en España, la comunidad musulmana más numerosa en nuestro país junto a los musulmanes españoles (datos de contacto, aquí).

Para tranquilidad de los creyentes musulmanes, la CIE ha aclarado que las circunstancias actuales eximen de los requisitos religiosos habituales que no se puedan cumplir, pues lo primero es seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y velar por la vida de todos. De forma parecida, se ha expresado el presidente del Consejo Rabínico de España. El mensaje de consuelo para los creyentes tampoco dista mucho. El rabino Bendahan concluye que “las religiones tienen un denominador común: la inmortalidad del alma y la providencia divina. Cuando los valores son los mismos, el mensaje, también”. Descansen en paz.

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